tag:blogger.com,1999:blog-54928681560737677112024-03-05T06:58:04.414-08:00Beatriz Caballero NúñezTomo el café con leche fría y aquí escribo sobre lo que me pone de mala leche.Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.comBlogger14125tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-5566940737264141062023-09-04T01:15:00.004-07:002023-09-04T05:25:23.527-07:00Escribo con prisa sobre la reflexión y la ternura<h4 style="text-align: justify;"><b><u>El ritual del café</u></b></h4><p style="text-align: justify;">Me encanta el ritual del café por la mañana. Abrir la cafetera italiana -aún con restos del café del día anterior-, preparar la medida exacta -sin apelmazarlo, pero sin dejar mucho espacio- y, cómo no, ponerlo al fuego -y sí, digo fuego, porque en mi recuerdo aún resuena la cocina de gas del último piso de alquiler en La Elipa, donde primero el gas sonaba, después el encendedor iniciaba la llama y, finalmente, el fuego prendía-.</p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguN_TaTHA1zyYNlwZhe75CI5CVS1sTAO_6LloTbqYrsnQCi_jfrsFlXfLfSMR90l-42_Hqeukls13xaI5mWOTf5NgQuCoK2ITDAOEYxIcxkaQPwWOBAWx-hlGe-QLL1NHahRGsxHCFZN-EYdjNIZHLF-nniuPALHvV0ArGH1ppedG9LnQ31Yt8aVaPIL4/s1350/COFFEEATHOME_ANA_JAREN.jpg" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1350" data-original-width="954" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguN_TaTHA1zyYNlwZhe75CI5CVS1sTAO_6LloTbqYrsnQCi_jfrsFlXfLfSMR90l-42_Hqeukls13xaI5mWOTf5NgQuCoK2ITDAOEYxIcxkaQPwWOBAWx-hlGe-QLL1NHahRGsxHCFZN-EYdjNIZHLF-nniuPALHvV0ArGH1ppedG9LnQ31Yt8aVaPIL4/s320/COFFEEATHOME_ANA_JAREN.jpg" width="226" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Ilustración de Ana Jaren<br /><br /></td></tr></tbody></table><p style="text-align: justify;">Aún envuelta en una manta gris, que me había acompañado en ese ritual, iba despojándome de ella. Me acercaba a la pared lateral de la casa, coincidente con el salón de la vecina, para aprovecharme del calor que desprendían las tuberías. Ella sí encendía la calefacción. Recuerdo un día -y prometo no desviarme mucho de la historia- que vino a preguntar cómo gastábamos tan poco en calefacción. "No la ponemos". Ella era una mujer soltera <i>por elección </i>y jubilada de la antigua Telefónica. Cocinaba a ritmo pausado y limpiaba el rellano cada día. Cuando yo salía de casa, la escuchaba abrir su mirilla. La vida contemplativa con la que yo soñaba pero que, en mi caso, se limitaba al corto ritual de la mañana.</p><p><b><u>Sartre se me quedó corto</u></b></p><p style="text-align: justify;">Creo que cualquier teoría existente se adapta al individuo cuando le das a la teoría el enfoque que precisa. Leí a Sartre y a Beauvoir y fantaseé ya no con formar parte de sus vidas o actuar como si fuera parte de sus vidas, sino que quise <i>ser en sus vidas</i>. Nada más sencillo: sumergirte durante días en una teoría filosófica hace que la comprendas, la integres, la asumas. A veces hace que, incluso, te quieras desvincular de ella -lo que en parte implica ya un cierto acercamiento difícil de reconocer en muchas ocasiones-. [Alejarse del machismo, por ejemplo, presupone un acercamiento previo al mismo, algo que todos deberíamos asumir dada la sociedad en la que vivimos].</p><p style="text-align: justify;">Cuando Sartre se quedó corto y Beauvoir se me antojó lejana, decidí sumergirme en todo aquello en lo que no creía: las teorías queer. Reconozco que aquí abro un melón gigantesco, más incluso que los que ofrecen los vendedores ambulantes en sus furgonetas blancas cuando paran en cualquier esquina de cualquier población en plena época estival. Un melón que dejaré aquí abierto y que prometo tratar otro día -dentro de no mucho-. Aquí quiero, sin embargo, limitarme a la actividad reflexiva, que es precisamente la que permite que te comas ese melón masticándolo, disfrutándolo y siendo capaz de diferenciarlo, por ejemplo, de una sandía. </p><p><b><u>Marx, limitado</u></b></p><p style="text-align: justify;">Mi formación marxista, y la realidad material que me rodeaba, había hecho que limitase el análisis de las circunstancias que rodean al ser a su relación con los medios de producción y con la capacidad económica que posee. Leer en profundidad y con detenimiento a los autores del materialismo histórico me hizo creer -en exclusiva- que la limitación material es el principal problema en el desarrollo pleno del <i>ser</i>. Lo que a mí me separaba de Beauvoir, por tanto, además de los años y de la capacidad de escritura y pensamiento, era mi realidad económica. Teorizar se antojaba imposible con un trabajo de diez horas diarias y una vida -la propia- por mantener.</p><p style="text-align: justify;">En un proceso de reflexión profundo -que me ha llevado meses- he podido observar cómo mi comparación -establecida con respecto a quienes tienen privilegios sobre mí- se quedaba ciertamente limitada. Abrir el enfoque supuso ver que, en otros planos, la comparación la podía realizar sobre quienes yo ostentaba los privilegios. Y los míos, sin ser económicos, se localizaban en otros ámbitos. Insisto que no es objeto de este texto el analizar hasta qué punto he sido consciente de que la realidad no-material también es motor de cambio por ser, principalmente, ámbito de disputa de derechos y que, además, mi nula capacidad de ser consciente de ello se debió a limitaciones relacionadas con la dificultad de apreciar como propios privilegios que hasta un punto de inflexión siempre resultan ajenos. </p><p><b><u>El <i>hacer-construir</i> ser</u></b></p><p style="text-align: justify;">El punto, y bien gordo, es la reflexión. Ha sido la posibilidad de reflexión y la curiosidad que llevo por bandera la que me han hecho replantearme mis propias teorías, pulirlas, sustituirlas, destrozarlas y, sin duda, materializarlas. Como el café recién hecho por las mañanas, no quiero solo poder prepararlo, quiero ofrecerlo, tomarlo y saborearlo. </p><p style="text-align: justify;">Al principio de este texto hablaba del café, del ritual, pero no me lo he tomado. Si vuelves ahí arriba he salido de casa, corriendo, la vecina ha mirado por la mirilla en un proceso de vida contemplativa al que he dicho aspirar -sin duda más por envidia del tiempo que se le presupone al que contempla que por un deseo real-. Pero cómo puede llamarse rito a un proceso de <i>hacer</i> y <i>ser</i> que no trasciende al de la actuación, al del <i>hacer</i>. Ese es el punto al que llegar -siempre- después de un proceso de reflexión. </p><p><b><u>La reflexión solo desde la ternura</u></b></p><p style="text-align: justify;">La reflexión es complicada, precisa de tiempo -y el tiempo es limitado-. Precisa también de condiciones materiales cómodas -por mucha reflexión que haga no veo la forma de sacarlas de la ecuación-. Pero exige también entendimiento, empatía, ternura y vida exterior -porque uno es en relación con lo que otros son; qué es, si no, el <i>ser propio</i> sin su gregario <i>ser común</i>-. </p><p style="text-align: right;"><i>[Y de todo esto, lo que más me gusta: la ternura; </i><i>por no implicar un análisis con respecto al otro desde posiciones de diferencia, sino de igualdad]</i></p><p style="text-align: justify;">Yo escribo estas líneas con rabia: ahora me iré a trabajar, después estudiaré, pondré alguna lavadora, comeré una ensalada de súper ya lista para consumir y el tiempo que he destinado a escribir esto me ha obligado a prepararme un café soluble, dejando de lado mi ritual favorito. Pero escribo esto también con la rebeldía de quien asume sus propias limitaciones y pretende reivindicar algo que puede -pero no debe- caer en el olvido: la capacidad de establecer un proceso reflexivo que mire menos a lo propio y más a lo ajeno -en cuanto a propio también-. </p><p style="text-align: justify;">La ternura -a veces tela que acuna, a veces aguijón que duele y escuece- tiene que ser compañera de vida; la reflexión -siempre complicada y siempre postergable- debe ser urgente; y materializar todo esto en una lucha tangible es -sin duda- lo más importante. </p><p style="text-align: justify;">Tengo prisa, ya me voy (y <i>ya</i> volveré).</p>Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-63451766509917814882023-06-04T05:43:00.013-07:002023-06-04T10:08:08.708-07:00Contra la constancia <p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Ahora que estoy aprendiendo más mitología clásica que la que debería haber aprendido hace algunos años cuando me examiné de ella, no me quito de la cabeza una imagen: </span><span style="font-family: verdana;">la de Sísifo condenado a portar consigo una piedra mientras sube a la cima de la montaña, cima que nunca alcanzaría puesto que la piedra volvería a caer. </span></p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiGpSC6XgAjgr3EHtswjen5lmHLo90DcQIZH6W05pnq3u6CcVkrue2ntDMwLiU3vqgKQr45_OocnIwfjkmh-TKTpV7RNwiTfZQ08_TgZj0u5lfaGtbrJs5Ej7Yv8BPOI5R7kKLpstZybJ5j7fuE4ia7U4dPiXfaKEg92Eq1iSCoNNvDBlX5gsU6uT4o" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><img alt="" data-original-height="341" data-original-width="300" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiGpSC6XgAjgr3EHtswjen5lmHLo90DcQIZH6W05pnq3u6CcVkrue2ntDMwLiU3vqgKQr45_OocnIwfjkmh-TKTpV7RNwiTfZQ08_TgZj0u5lfaGtbrJs5Ej7Yv8BPOI5R7kKLpstZybJ5j7fuE4ia7U4dPiXfaKEg92Eq1iSCoNNvDBlX5gsU6uT4o=w352-h400" width="352" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><i>Sísifo (Tiziano)</i></td></tr></tbody></table><p></p><p style="text-align: justify;"></p><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Me recuerda a otra, más actual, a medio camino entre el mito y el logo: u</span><span style="font-family: verdana;">n hombre empuja una piedra escaleras arriba y se para, a mitad de camino, fatigado, sin fuerzas, sin ganas, dudando durante unos segundos de que el esfuerzo esté mereciendo la pena. Es en ese momento en el que, gracias a su constancia, continúa sacando fuerzas de donde no las hay y completa el recorrido, llevando la piedra a lo más alto de la escalera y creyendo que ya no estará condenado a seguir subiendo. </span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><u>Poner fin a la constancia</u></span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Quizá no tenga que volver atrás, quizá la piedra no vuelva a caer pero Sísifo no muestra ni un ápice de envidia por nuestro hombre. La piedra del nuestro se vuelve más grande y más pesada y, las escaleras, en lugar de terminar, vuelven a comenzar creando una nueva meta más arriba. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero los que observamos desde abajo, aún sin haber puesto pie alguno en un escalón, solo recibimos enseñanzas sobre la importancia de haber alcanzado el escalón intermedio, una meta intermedia entre la nada y el todo, a través, sobre todo, de la constancia, una figura que de extraordinario desarrollo en los últimos siglos pero de escaso desarrollo previo. La constancia guía cada recomendación y se impone ante la falta de voluntad: </span><span style="font-family: verdana;">"la constancia es la virtud por la cual todas las otras virtudes dan fruto" (atribuida a Arturo Graf); "la constancia es la capacidad de llegar al final cuando la vida te quiere separar del camino" (atribución que hago a cualquier libro de autoayuda). </span></p><p></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Todos los que observaban a nuestro Sísifo comienzan a subir la escalera -piedra en mano-, cada uno con un objetivo muy diferente a alcanzar: un trabajo estable, un piso en Malasaña, unas vacaciones de lujo... Los objetivos son diferentes pero la piedra suele ser muy similar: la precariedad -en el mejor de los casos-, la pobreza, el peso de creerse de clase media y tener que mantener las apariencias de ello, las facturas de la luz, el agua, el gas, el aburrimiento de un trabajo poco estimulante y la falta de tiempo libre donde el ocio tenga un lugar predominante. También acompañan a la piedra, incluso la rodean, la vergüenza, el hambre, la sed y la duda. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Estoy observando, desde abajo, cómo uno a uno ascienden todos mis compañeros por la escalera del sufrimiento sin dudar de que, con una buena dosis de constancia, llegarán a esa meta y totalmente convencidos de que, después de la meta, no habrá otra escalera que tomar. Y es en este preciso momento en el que veo cada pie ascender un escalón más en el que pienso: si la piedra es la misma, ¿por qué no la llevamos entre todos?; o, mejor, ¿y por qué no destrozamos directamente esa piedra pesada?; o yendo un poco más allá, ¿por qué no dinamitamos la escalera? </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Soy hija de mi tiempo y de mis circunstancias y aunque a veces me encantaría poder cambiarlas, tampoco sé si las que me van a rodear después son mejores. Así que, durante unos minutos más, y mirando la gran piedra que me acompaña y las escaleras que cada vez crecen más -ya no sé si es imaginación o realidad y que, a cada paso de un compañero, crece un escalón- decido cambiar de pensamiento: <u>"es la constancia con lo que tengo que terminar". </u></span></p><h4 style="text-align: justify;"><u><span style="font-family: verdana;">El esfuerzo y la autoridad</span></u></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">No podemos hablar de terminar con la constancia sin antes hablar de terminar con una idea que precede a la misma: el esfuerzo y que justifica a la misma: la autoridad. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Sin esfuerzo no hay constancia y, no tiene por qué haber de lo uno, ni de lo otro. Y sin autoridad, no hay motivo final por el que ser constante en la consecución de un objetivo (ya sea una autoridad propia o ajena, intrínseca o extrínseca) </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuando hablamos de <i>aprender del enemigo </i>o, incluso, <i>aprender del malo "porque si llegó a malo tuvo que ser listo", </i>solemos hacer referencia a los grandes dictadores de nuestra Historia occidental. Nos sabemos de memoria el ascenso de Hitler al poder, la fragilidad de la Democracia, sabemos cómo funcionaba la dictadura franquista y la forma de eludir al censor durante el tardofranquismo -gracias a conocer su funcionamiento y su limitada capacidad de comprender entre líneas-... Pero nos hemos olvidado de estudiar de una forma igualmente pormenorizada a nuestra todopoderosa Biblia. </span><span style="font-family: verdana;">Está tan enraizada en nuestra base cultural que no sabemos diferenciar qué parte de ella hemos elegido como fuente de nuestra moralidad y qué parte de ella nos ha elegido a nosotros. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">En Mateo, 7, encontramos todo un pasaje que podría pertenecer a cualquier oficina de atención al público en horario ininterrumpido y bajo salario. La constancia, el sufrimiento, la obediencia ciega o la promesa de un final dichoso se entrelazan en unos versículos que hoy nos dotan de gran parte de nuestro ideario cultural (recordemos aquello de la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio). </span></p><p style="text-align: justify;"></p><blockquote><span style="font-family: verdana;"><i></i></span></blockquote><blockquote><blockquote style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i>Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan (Mateo, 7: 13-14).</i> </span></blockquote></blockquote><blockquote><p></p><blockquote><p style="text-align: justify;"><i><span style="font-family: verdana;">Y aconteció que cuando Jesús terminó estas palabras, la multitud se admiraba de su doctrina, porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas. (Mateo 7: 28-29)</span></i></p></blockquote></blockquote><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Cuatro versículos que demuestran que <i>la cultura del esfuerzo </i>que viene, además, de <i>quien enseña como quien tiene autoridad</i>, no es más que una idea que se ha ido reforzando a lo largo de los años y que siempre, incluso en los últimos años donde el esfuerzo se ha multiplicado, nos sigue pesando como si estuviéramos condenados a creer, de forma eterna e innata, que nunca hacemos lo suficiente. Y lo creemos, por si fuera poco además, de alguien que habla como quien tiene autoridad y no de alguien que habla con autoridad [puesto que la autoridad, de nuevo, es una creación propia o ajena, impuesta para la obediencia]. </span></p><h4 style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><u>Ser persistente</u></span></h4><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Llegados a este punto, corro el doble riesgo de alargar esto de forma eterna y de, además, dejarlo en un punto pesimista donde nada se puede hacer ya más que mantenernos al margen de los convencionalismos o acatarlos de forma incuestionable. No quiero dejar al lector ante la disyuntiva de "no hacer nada por no poder" y de "no hacer nada por no querer", siendo precisamente esta idea la que ha permitido que los convencionalismos más contrarios a la justicia social se impongan. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">El "no hacer" nunca es una solución. Abolir, olvidar, superar la constancia y el esfuerzo debe llevar consigo, y de forma necesaria, el impulso de otra idea como su sucesora -o más bien como su sustituta-. Una idea revolucionaria y necesaria que mantenga el movimiento. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Si la <b>constancia </b>hace referencia expresa al <b>camino</b>, a mantenerse en el camino sin importar lo que este suponga, incluidas las penosidades y el sufrimiento, puede que la constancia no sea, a fin de cuentas, esa virtud de la que tanto se habla. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Buscando una sustitución a la constancia he considerado, en primer lugar, reemplazarla por la coherencia. </span><span style="font-family: verdana;">La </span><b style="font-family: verdana;">coherencia </b><span style="font-family: verdana;">no se disputa en el terreno del camino en sí, sino en el de las </span><b style="font-family: verdana;">ideas</b><span style="font-family: verdana;">: mantiene a una persona en el camino siempre y cuando éste se adapte a las ideas en las que se reconoce, pudiendo incluso salirse del camino y encontrando otro diferente si el que había tomado no es coherente con sus ideales. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Pero esta coherencia tiene un problema de base: la falta de conocimiento de una persona sobre ella misma y la falta, también, de conciencia. La falta, incluso si me apuran, de comprensión de lo que le rodea o de las condiciones que le han llevado a tomar un camino concreto. La coherencia necesita de un contexto de reflexión con el que no contamos hoy. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Por eso he terminado por considerar que es quizá otro concepto, no situado ni en el camino, ni en las ideas, por el que me inclino más (y puede que ya no me incline mañana, pero este concepto también protege este cambio constante): la <b>persistencia</b>. </span><span style="font-family: verdana;">Lejos de toda creencia, la constancia y la persistencia ni son sinónimos ni se sitúan en torno al mismo concepto: la constancia lo hace sobre un camino, que no puede cambiarse, que no debe abandonarse; la persistencia lo hace sobre un <b>objetivo final, que no es sino una idea hacia la que ir</b> (lo que permite en este punto su coexistencia con la coherencia) y que, además, puede modificarse, desaparecer o renovarse, mientras, además, permite un avance continuo (aunque no necesariamente lineal) donde el sufrimiento no tiene cabida. </span></p><p style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;">Entrar como Mateo se encarga de recomendar, a través de una puerta estrecha a un camino angosto de sufrimiento, no significa tener que permanecer en el mismo. La constancia no debe servir de justificación a la injusticia, y mucho menos al proceder de un avance resignado, sino al contrario, debería ser un aliciente para el cambio de camino hacia uno más agradable, amable y repleto de ternura. Una ternura revolucionaria. </span></p><p style="text-align: left;"><span style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"></span></span></p><blockquote style="text-align: justify;"><span style="font-family: verdana;"><i>Dejo en este punto a la vida su constancia y, a la mía, mis razones (que nunca es una y nunca es la misma). </i></span></blockquote><p></p>Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-87464662744111031552021-09-07T03:17:00.003-07:002021-09-07T05:42:25.027-07:00La lucha de clases es la lucha del lenguaje: por qué nos asusta la expropiación o nos asesinan al grito de maricón<h4 style="text-align: left;">Todo el día discutiendo de lo mismo. Que si el lenguaje inclusivo es el que representa a la totalidad de la ciudadanía y a todos los tipos de sensibilidades, que si la batalla lingüística está haciendo que perdamos la ideológica, que sí el uso del genérico femenino es una aberración lingüística, que si patatas fritas o cocidas... Pues qué queréis que os diga: sí, la lucha de clases se libra en dos terrenos y estamos perdiendo los dos: el de la calle y el de las palabras. </h4><div><br /></div><div><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVLZUJvrjUEsmgQhjUkWg9yx1NOTBU8a3FYFzuRR9py40lPbcJzmUSXml92EZFrAnS_iIZzKYJJYKIEjW6-fsh-LkwqZDkpILtNehpBbOEw-TNgFXf4Cn_3Xn3JxV8N-ndqaPUhmbebPM/s1080/flavita78.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1080" data-original-width="1080" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVLZUJvrjUEsmgQhjUkWg9yx1NOTBU8a3FYFzuRR9py40lPbcJzmUSXml92EZFrAnS_iIZzKYJJYKIEjW6-fsh-LkwqZDkpILtNehpBbOEw-TNgFXf4Cn_3Xn3JxV8N-ndqaPUhmbebPM/w400-h400/flavita78.png" width="400" /></a></div><br /><div><br /></div><div><b><br /></b></div><div><u><b>¿TELETRABAJO O REVISIÓN DE LA JORNADA LABORAL?</b></u></div><p>Una pandemia ha sido necesaria para replantearnos cuáles son las necesidades de la clase trabajadora. Necesitamos estar más en contacto con nuestra casa, con nuestro barrio, con nuestras horas de descanso, con nuestra familia e, incluso, con nuestra cocina -esa que un día abandonamos a favor de la comida precocinada del supermercado más cercano al trabajo-. Y esta necesidad imperiosa de estar más en contacto con <i>lo nuestro</i> nos ha hecho luchar por <u>el teletrabajo.</u> Pero, ¿quién va ganando la batalla de la jornada laboral cuando ponemos en la diana el teletrabajo? El empresario. Un solo año ha sido más que suficiente para dar una vuelta completa al trabajo y plantear una forma totalmente novedosa de producción sin fin: seguir trabajando pero en nuestra casa. </p><p>Hace ya años, muchos, que se conquistó un derecho fundamental de los trabajadores: el derecho al descanso. Se reguló a través de la jornada laboral de 8 horas, después de una huelga general de 44 días de duración. Fue en 1919 y la conquista se consiguió en las calles. Hace cien años que trabajamos el mismo número de horas. Perdonad: más. Trabajamos más. Porque, hasta hace unos años, las distancias de desplazamiento al trabajo eran irrisorias. Ahora, con la construcción de núcleos de población dormitorio alejados de los centros urbanos de trabajo, las horas diarias dedicadas al tajo han aumentado considerablemente. Esto, sin tener en cuenta los pluriempleos, las jornadas fuera de contrato, las horas extra no remuneradas, los trabajos de cuidados no reconocidos y que las mujeres bien saben (no les ha quedado otra) compatibilizar con la jornada laboral... </p><p>Han ganado en el lenguaje porque, nosotros, la clase obrera (aunque el propio lenguaje nos haga no identificarnos con ella) estamos luchando por el teletrabajo. Es decir, por seguir produciendo durante más horas si es necesario, siempre que nos permitan que esta producción sea mientras ponemos lavadoras, planchamos, comemos, mimamos a nuestro perro Pancho... Hace cien años ya de la implantación de una jornada que se come nuestra vida y no estamos dispuestos -parece ser- a revertir esta situación. </p><p>Total, tenemos el teleworking. </p><p><br /></p><p><u><b>¿LA LEY, EL CONVENIO O EL COWORKING?</b></u></p><p>Los derechos básicos que nos regulan a los trabajadores están recogidos en un maravilloso texto llamado Estatuto de los Trabajadores. Ante el incumplimiento del mismo de forma sistemática por parte de algunos empleadores, se ha decidido hacer otras leyes que lo refuercen. Por ejemplo: la Ley Rider. Que viene a decir que: oye, si eres trabajador, eres trabajador. No freelance, autónomo, rider, emprendedor. Y como trabajador te corresponden unas obligaciones (tranqui, que esas todo el mundo las cumple aunque el lenguaje nos haga creer que no) y, ojo, unos derechos. </p><p>Además, según el sector en el que trabajemos, tenemos otra maravilla: el convenio. Que puede mejorar las condiciones MÍNIMAS reguladas por el Estatuto. Sí, sí. En este convenio, al que todos podemos acceder, se recogen cosas tan interesantes como los días de asuntos propios que muchos tenemos y no todos sabemos. O como ciertos derechos más concretos y que nos permiten trabajar mejor. Pero hay más opciones de mejora de condiciones laborales. Por ejemplo, los acuerdos con la empresa, muchas veces sindicatos de por medio. </p><p>Pero ¿qué se nos ocurre en caso de tener que teletrabajar <u>por obligación</u> y no tener un lugar idóneo para ello? [Friendly reminder que estamos en un país en el que las casas se han construido para dormir y no para trabajar]. Se nos ocurre ir al centro coworking. Porque conocemos lo que es un coworking. Pero no sabemos muy bien lo que son los acuerdos. Y muchas veces, aunque sabemos lo que son los sindicatos, han vuelto a ganarnos en el discurso lingüístico y consideramos que "no hacen nada". Porque, como todos sabemos, hace más un centro coworking que un sindicato por los derechos del trabajador. </p><blockquote><p>Una buena mañana del s. XXI podría consistir en un paseíto por un coworking para aprender how to sell consulting to customers pero no cómo leerse el convenio para disfrutar de esos dos días de asuntos propios que te corresponden y llevas años regalando a la empresa. </p></blockquote><p><br /></p><p><b><u>SOCIALIZAR GASTOS, PRIVATIZAR PÉRDIDAS</u></b></p><p>El lenguaje es importante. En el lenguaje se genera el caldo de lo que queremos reivindicar. El lenguaje es lo que nos hace amar la privatización, la capitalización, la inversión, la liberalización pero odiar la expropiación y la socialización. Pero, ¿sabemos por qué? La palabra <i>popular </i>está bien; la palabra <i>expropiar </i>está mal. Pero, en términos económicos, ¿no es acaso la expropiación la mejor forma de popularización de un bien? Pero asusta. ¡Nos ha jod**o! Si me asusta hasta a mí. ¿Sabéis a quiénes no asusta ese término? A las eléctricas. Que saben que nunca va a llegar a ocurrir porque tienen a toda una población a su favor gracias al miedo que tenemos a la expropiación, socialización, colectivización... </p><p><br /></p><p><b><u>EL LENGUAJE, SU VICTORIA: DE MARICONES A SECRETARIAS </u></b></p><p>Una cosa está clara, la clase obrera ha (hemos) renegado de su lenguaje hasta el punto de renegar de los movimientos que han hecho del lenguaje su reivindicación y realidad identitaria y que nunca han puesto en peligro las reivindicaciones obreras (principalmente porque forman parte de ellas). Pero, ¿sabéis quién sí reivindica con el lenguaje? Quienes dicen no entrar al trapo en él. </p><p>Almeida renegando del lenguaje inclusivo pero piropeando a presentadoras en directo es SU lenguaje; las manifestaciones de <i>negacionistas </i>hablando de libertad han impuesto SU lenguaje; los grupos religiosos haciéndose llamar pro-vida han impuesto SU lenguaje (y tanto, han hecho que, el resto, seamos pro-muerte). </p><p>Nadie ha sido asesinado al grito de "hetero". Pero sí al grito de "maricón". Pero quienes saben que tienen el poder se ríen porque un día ellos también dijeron <i>maricón </i>y no iba con maldad. Con maldad no, con intención: sí. Es SU lenguaje contra el nuestro. </p><p>La abogada o la arquitecta que se hace llamar abogado y arquitecto ha impuesto SU lenguaje. Bajo la falsa premisa de no entrar en modificaciones lingüísticas (que llevan, en algunas ocasiones, SIGLOS de trayectoria y reconocimiento académico) han impuesto un lenguaje que sitúe a su clase en una constante victoria etimológica y que invisibiliza no tanto el lenguaje inclusivo, sino a quienes ese lenguaje representa.</p><p>No he escuchado aún a ninguna "arquitecto" (en su posición social y económica, que le permite llamarse como le de la santa gana sin perder por ello privilegios) referirse a la generalidad del servicio de limpieza como tal o como "los limpiadores". Son las limpiadoras. Son las cuidadoras. Son las enfermeras. Son las azafatas. Son las secretarias. Son ellas. Las de abajo. Las que no ostentan puestos superiores y, por tanto, pueden seguir siendo en femenino. Son ellas, las que van perdiendo. </p><p>Y con ellas, nosotros.</p><p>Porque es SU lenguaje contra el nuestro y la clase obrera está renegando de él. </p><p>Sí existe una lucha de clases y la van ganando. </p><p><br /></p><p><br /></p><p><br /></p>Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-14005082437894704692020-02-01T03:09:00.000-08:002020-02-01T03:13:46.700-08:00Mi primera semana en mi octavo piso de alquiler<h4>
Llevo una semana en mi nuevo piso y aún no he abierto todas las maletas. Lo haré hoy. Sábado. Porque, durante la semana, he tenido que ir cada día a ese trabajo <i>notequejesquealmenostrabajas </i>que me tiene desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche fuera de casa. Hoy sábado, después de un café y de mi capítulo de <i>Cuéntame</i> debajo de esa manta nueva, me dispongo a hacerlo.</h4>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGBMhQQ2KshxfOf77kQXTHfh6wl-l84gQkAsmkypsltG9PcanJsIzo51Qed2Pbi1PA-vPPsiufncYOW1DvElkD7UReG7KmMJq2nAQyboRBfkLAW3PBfX9SXKyW86wcdj5oI5U-gQNCk2Q/s1600/1554850833_252452_1555330680_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="599" data-original-width="980" height="195" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGBMhQQ2KshxfOf77kQXTHfh6wl-l84gQkAsmkypsltG9PcanJsIzo51Qed2Pbi1PA-vPPsiufncYOW1DvElkD7UReG7KmMJq2nAQyboRBfkLAW3PBfX9SXKyW86wcdj5oI5U-gQNCk2Q/s320/1554850833_252452_1555330680_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span class="foto-texto" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #646464; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 12.9941px; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-align: right; vertical-align: baseline;">Portada de 'Coqueto, mejor ver' de 'Verne' y Sara Caballería.</span><span style="background-color: white; color: #646464; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 12.9941px; text-align: right;"> </span><span class="foto-firma" style="background-color: white; border: 0px; box-sizing: border-box; color: #111111; font-family: "Benton Sans", sans-serif; font-size: 0.846em; font-stretch: inherit; font-variant-east-asian: inherit; font-variant-numeric: inherit; line-height: inherit; margin: 0px; padding: 0px; text-align: right; text-transform: uppercase; vertical-align: baseline;"><span class="foto-autor" itemprop="author" style="border: 0px; box-sizing: border-box; font: inherit; margin: 0px; padding: 0px; vertical-align: baseline;">GRIJALBO</span></span></td></tr>
</tbody></table>
<div>
<br /></div>
Existen, en el trabajo, días por mudanza, ya sabéis, esos días que están en el convenio y que, muchas veces, ni sabemos. Pero lo mío no es cuestión de que me dé miedo que me echen si me pido el día; lo mío es ya una cuestión de vergüenza. Empecé a trabajar en abril (hace ahora 9 meses y medio) y, bueno, en lo que ha durado este embarazo ya me he mudado dos veces [tres si contamos la inicial, en la que también pedí unas horas, creyendo que serían las únicas].<br />
<br />
<h4>
La Oferta y la "De manda coj...."</h4>
Dice Aguado, referente madrileño donde los haya (nótese la ironía) que Smith decía que los precios se regularán por Oferta y Demanda. Ya sabéis. Si hay más pisos ofertados los precios bajarán porque hay menos demanda y, por tanto, para equilibrar el mercado... blablabla. Pues bien, la cuestión es que, un piso medio de dos dormitorios HABITABLE en el centro de Madrid sale por la friolera cifra de unos 1000€ redondos. Y por lógica de mercado, entonces, debe haber poquitos pisos: 200 o 300. Pues si te metes en idealista te caes de espaldas. 10.000 pisos en alquiler. A comérselos con patatas.<br />
<br />
Creo que ni Aguado, ni Smith (que, por cierto, en su Riqueza de las Naciones marcaba vivienda y alimentación como algo fuera de la lógica del mercado y dentro de la del Estado) han buscado piso de alquiler a partir de 2011 con un sueldo media o, peor, un sueldo moda. Yo sí, con mi suelo moda (que no media) me puse a buscar, hace ahora nueve meses, un piso para quedarme no muy lejos del centro (ya que trabajo a turno partido y estoy 12 horas fuera por lo que, si me voy un poco más lejos del centro, estaría 14), pero tampoco muy cerca del centro (que, bueno, ya sabemos todos que es solo para gente que no vive, sino que pasa un fin de semana de vacaciones en su AirB&B en su pisito por el mismo precio que yo pagaré por un mes.<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<b>Inciso: ojo a quien me diga que me vaya más lejos. Yo, currita que levanta su España querida, tengo que pegarme una hora de tren de ida y otra de vuelta para ir a trabajar porque ellos, en su cabeza y bolsillo de no pagar un alquiler porque nacieron con la casa comprada, han decidido que si, el inglés turista puede pagarse un fin de semana al lado de mi trabajo, yo no puedo vivir en esa misma casa entre semana. Vosotros no sois bienvenidos a este blog. Idos a un bar chic con muffins de chocolate y a mí dejadme luchar por un precio habitacional justo y digno. Y por una casa propia. Que me he independizado de mis padres para depender siempre de compañeros de piso. ¡Coñe!</b></blockquote>
<br />
<h4>
¡A la octava va la vencida!</h4>
Continúo con mi historia de la séptima y octava búsqueda de piso: Idealista, BADI, las páginas de Facebook... Límite <b>POR HABITACIÓN</b> que marqué: <b>350€</b>. Vamos allá Beatriz, esto no es la primera vez que lo haces. Aunque, por primera vez, sí cambiaban mis ¿exigencias? Buscaba un piso para vivir y descansar del trabajo, con algo más de calma, limpieza y luz que los anteriores, en los que la búsqueda fue un poco más indiferente y alocada, ya que, al final, lo que buscaba en ellos era la diversión después de un día de Universidad y prácticas.<br />
<br />
<b>Primer piso de la búsqueda: Moratalaz. </b>Tercera planta. Puerta izda. Ding dong. Cocina impoluta, baño brillante, habitación con ventana. <b>Y casa con niño</b>. Se trataba de un matrimonio que acababa de tener un hijo y que tenía aún una habitación libre. La mujer, muy risueña y alegre, me asegura que "no da un ruido". Bueno, y si lo da, ¿qué? ... es un niño. Salí de la casa y me monté en el ascensor. Me miré al espejo. Habrá que seguir la búsqueda: <b>Ventas</b> y su piso con una ratita casera merodeando sobre el sofá; <b>Quintana</b> y el piso de la pareja cuya primera pregunta fue: "te quitarás los zapatos en casa, ¿verdad? es que nosotros <u>vemos las bacterias</u> en los pies"; aquel octavo sin ascensor en <b>Tetuán</b>; la habitación sin ventana "pero no pasa nada porque tenemos bombillas de recambio que nos compra el casero" de <b>Embajadores</b>...<br />
<br />
Decidí subir mi apuesta a <b>400€</b> por habitación y compartirlo en Twitter. Un conocido -ahora amigo- me escribió: ey Bea, vente a ver mi piso. <b>Tenemos una habitación por 375€ + gastos. ¡¡Perfecto!! Conde de Casal.</b> Un zulo enano que acepté y reconvertí después de dos visitas a IKea y 200€ de gasto (hubieran sido de inversión si aún hoy siguiera en ese piso). Ventana a la terraza de la cocina y, a su vez, a un patio interior sin luz y con olor a fritanga. Hormigas veraniegas que comían con nosotros... ¡¡Era el mejor piso de los que había visto en ese rango de precio!! Entré en septiembre, después de unos meses en un piso en <b>Manuel Becerra</b> del que me echaron, literalmente, por reformarlo para <b>hacerlo un Airb&b,</b> antes dándome la opción de pagar por habitación, al mes, lo que iban a pagar los turistas: <b>800€. </b><br />
<br />
Y con todo hice mi maleta y empecé mis muchos viajes a Conde de Casal, línea directa de bus y de Metro. Y me instalé. Y viví 4 meses. Y me fui. De nuevo. Con lo puesto, haciéndo los mismos viajes y dos más: para llevar el zapatero que había montado para mi larga estancia que nunca fue así y para llevar los libros nuevos adquiridos en 4 meses y que no entraban en la maleta de meses atrás. [Desde aquí un<b><u> saludo al conductor de la EMT </u></b>que, después de decirme que no se puede subir con varias maletas al bus, me ayudó a subirlas y me dio ánimos; la lagrimita mientras escribo esta línea va por él].<br />
<br />
Ahora escribo estas líneas, como decía, sin haber abierto la última de las maletas. Pero hoy lo haré. Porque hoy vienen muchos amigos a cenar. Algunos solo han conocido algunos pisos; otros han conocido todos y hay muchos que se quedaron en los primeros, y no supe más de ellos. Casi todos han hecho de su casa mi casa durante la búsqueda. Y de su nevera, la mía. Conocen mis mudanzas, casi todas, como digo: de la Calle Joan Font de Getafe a la calle Jazmin; de Jazmin a la Flor Baja de Madrid; al piso franquista de Santa María de la Cabeza, después; Guadalajara y Ávila, de por medio, para llegar a Manuel Becerra; Conde de Casal me acogió en su zulo y ahora me acoge otra casa muy diferente, otra habitación que, de nuevo, da a un patio interior con su fritanga. Un piso de dos en el que vivimos tres por 975€ al mes y que nos permite, en su limitado espacio, no derrochar grandes cantidades de dinero.<br />
<br />
<h4>
... tampoco a la octava va la vencida, no.</h4>
Un piso ideal. Aquí me quedó. Pero hasta agosto. En agosto nos echan. Durante el invierno el casero vendrá a vivir. Entonces, buscaré mi noveno piso en seis años. <b><u>¡¡Cosas del mercado!!</u></b> Ayer, cuando mi compañero y amigo Roberto fue a abri la puerta, los tornillos del pomo se vinieron abajo. Solo hemos tenido que atornillar. A ver si no aparecen hormigas en verano. Voy a terminar de colocar la maleta, un cuadro de Frida Khalo y algún que otro cactus.<br />
<br />
Como decía Dani Dominguez en su artículo "<a href="http://apuntesdeclase.lamarea.com/opinion/habitaciones-que-no-son-nuestras/" target="_blank">Habitaciones que no son nuestras" en </a><i><a href="http://apuntesdeclase.lamarea.com/opinion/habitaciones-que-no-son-nuestras/" target="_blank">Apuntes de Clase:</a> </i>nunca serán nuestras habitaciones porque una fianza impide que agujereemos la pared, que colguemos fotos, que pongamos semillas en macetas porque, probablemente, no podremos verlas crecer. Y sobre todo nunca, nunca, podremos almacenar libros, que seguirán llenando nuestras habitaciones de origen, porque no sabremos cuando tendremos que volver a mudarnos. Y 20 libros ya son otro viaje más que, a veces, uno no puede permitirse el lujo de realizar.<br />
<br />
<blockquote class="tr_bq">
<b>Gracias mamá y papá por seguir acogiendo todos mis libros en esa habitación que ahora, en Ávila, vosotros veis vacía pero que yo, desde Madrid, sigo llenando. Esta lucha también es vuestra. </b></blockquote>
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<br />Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-38063026970844531812019-08-04T12:37:00.000-07:002019-08-04T13:47:05.942-07:00Mi habitación propia<div style="text-align: justify;">
Hace dos años fui a ver, en Madrid, una de las obras de teatro que, sin duda, más han marcado mi vida. Se trata de <b>"Una habitación propia"</b>, basada en la obra de Virginia Woolf e interpretada por una magnífica Clara Sanchís. No fui por iniciativa propia sino por invitación para, después, hacer una entrevista a Sanchís en la Ser en Madrid. Un año después, y por estas casualidades que tiene la vida que a veces nos sorprenden, me vi yendo a verla, de nuevo, a Guadalajara, para contarlo (también) en la radio. Esta vez el programa lo presentaba yo. </div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Unas semanas más tarde creí que era más que necesario <b><u>leerme el libro </u></b>y, ahora, me acompaña encima de la mesa mientras escribo estas palabras. La obra gira en torno a dos ideas fundamentales: <b>las mujeres necesitan (necesitamos) una habitación propia y dinero para poder realizarse (realizarnos) en la vida. </b>Parece una idea algo estúpida pero no podemos olvidar que, el momento en el que esta obra fue escrita, las mujeres dedicaban todo su tiempo -y con ello su espacio- a los quehaceres domésticos y todo su dinero dependía y pertenecía, en caso de poder ganarse, al marido, padre o tutor masculino. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNEHVnRyg9b8U7U8qHGIOGX8Mf7-8LGXEc4uoDuW2jreFYB8bwWQi0-921caytttfLDasbI0_vRGG6KTfByNZoamFNe9eWBkBN4zaDhX2JKbaRaG1614C-rVjL7seWJKEJrculvIKBDC4/s1600/una-habitacion-propia-virginia-woolf-2.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="720" data-original-width="1200" height="192" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhNEHVnRyg9b8U7U8qHGIOGX8Mf7-8LGXEc4uoDuW2jreFYB8bwWQi0-921caytttfLDasbI0_vRGG6KTfByNZoamFNe9eWBkBN4zaDhX2JKbaRaG1614C-rVjL7seWJKEJrculvIKBDC4/s320/una-habitacion-propia-virginia-woolf-2.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Virgina Woolf // Clave de Libros</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
Woolf, para llegar a esta conclusión, plantea una serie de cuestiones y preguntas que van desarrollando todo el peso ideológico de la historia. Cuenta, algo asombrada, que las mujeres abundan en la Literatura de la época pero, a la vez, las mujeres no habían escrito nada por aquel entonces. Con un sarcasmo ácido y sincero nos dice:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
"Si la mujer no hubiera existido más que en las obras escritas por los hombres, se la imaginaría uno como una persona importantísima, polifacética: heroica y mezquina, hermosa y horrible (...). Pero esta es la mujer de la Literatura. En la realidad la encerraban bajo llave, le pegaban y zarandeaban por la habitación". </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Añade, también: </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq" style="text-align: justify;">
"Algunas de las palabras más inspiradas, de los pensamientos más profundos, salen el la Literatura de los labios de una mujer; en la vida real, sin embargo, apenas sabía leer, apenas sabía escribir". </blockquote>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Unas páginas más adelante y, quizá siendo lo último a lo que hago referencia de la obra para que la leáis, habla de lo que hubiera pasado con <b><i>la hermana de Shakespeare.</i></b> Él, uno de los máximos representantes del Teatro mundial, fue un prodigio, un joven genio que escribió obras desde joven y... bueno... y no tuvo que hacer la colada o parir hijos. Era muy complicado, para una mujer de la época, haber hecho un Shakespeare y haber recorrido el Mundo de teatro en teatro habiendo dejado a los bebés a la primera persona del público o habiéndose llevado la ropa de la colada en una mochila para ir lavándola en cada lavadero municipal. ¿Os imagináis?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Yo, con 23 años y sin muchas obligaciones maternales que se diga, podría desarrollarme espléndidamente con mi cuenta corriente a mi nombre (a mi nombre y al de las arañas con las que la comparto por las telas que suele tener) y, además, con una habitación... bueno... aquí quería yo llegar, no muy propia... </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
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Como he dicho ahí arriba, al principio, he visto la obra en dos ciudades, en Madrid y en Guadalajara y, en ambos lugares, por motivos de trabajo. Pero, además, he nacido en Ávila, lo que añade una tercera ciudad donde situar mi habitación "propia". <b>En los últimos 6 años he vivido en tres ciudades y en siete casas distintas con sus siete habitaciones y sus cinco subidas del precio del alquiler</b> (en dos no hubo subida porque una era mi habitación en Ávila y otra fue la habitación de Guadalajara, de donde escapé en cuanto los ingresos fueron menores que los gastos de vivir fuera y querer comer algo más que arroz y patatas). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>Es muy difícil comprender la necesidad de tener una habitación propia hasta que te falta. </u></b>Recuerdo con nostalgia mi cajón desordenado en Ávila (en mi desorden yo me entiendo) que no me ha dado tiempo ni a recrear en Madrid; recuerdo por dónde entraba el sol y cuánto goteaban los cristales en invierno por la condensación; recuerdo el sentarme a escribir siempre en la misma silla rota y desgastada (ahora voy de silla en silla y mi culo ya no sabe dónde está) y recuerdo, como nada, el sentir que mi habitación lo era todo y no necesitaba nada más. Bueno, un baño también está bien, ya sabéis, pero incluso sin baño, a mí que me pongan una habitación y ya haré yo un agujero en el suelo...</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
El otro día esperaba a que llegara un amigo a mi casa y<b> le dije que era el segundo piso, cuando realmente vivo ahora en un primero </b>(el anterior fue un segundo y el próximo, de aquí a un mes, será un sexto). Estuvo esperando un rato y, al final, solo tuvo que bajar las escaleras para llegar donde yo llevaba un rato esperando. En el ascensor ya no sé a qué botón pulsar cuando me monto y no me ha dado tiempo a saber qué llave se corresponde con el portal cuando ya me toca cambiar de llaves (y de portal). </div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf0g4cbYI5tJyo8aIrtNfqhWkTa-abw9mIbG756-gAOa73t-1FFt8HnkLamuxdLljiOLHid-Z3lUOZj2pQD1WnA23ykdPI45RDWKRIimTckvHr0Q4cX4tjFggiFhdx52-4uJhJl07t7Qg/s1600/Captura.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="589" data-original-width="1005" height="372" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjf0g4cbYI5tJyo8aIrtNfqhWkTa-abw9mIbG756-gAOa73t-1FFt8HnkLamuxdLljiOLHid-Z3lUOZj2pQD1WnA23ykdPI45RDWKRIimTckvHr0Q4cX4tjFggiFhdx52-4uJhJl07t7Qg/s640/Captura.PNG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Relación Airbnb / subida precio. Fuente: eldiario.es <a href="https://www.eldiario.es/economia/concentracion-Airbnb-manzana-viviendas-vacacional_0_809119651.html">https://www.eldiario.es/economia/concentracion-Airbnb-manzana-viviendas-vacacional_0_809119651.html</a> </td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Ahora me voy, de nuevo, del piso.</b> Más bien me echan: lo hacen Airbnb para que una pareja disfrute de las vacaciones de verano pagando en una semana lo que yo pagaba (pago, aún no me he ido) en un mes (400 euros por una habitación). Me voy a una habitación propia donde, espero, me dé tiempo a desordenar el primer cajón de la mesa y a perder varias veces mi boli multicolor pero me voy, sobre todo, a una habitación donde pueda sentir que sigo creciendo. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>Virginia Woolf tenía razón. </u></b>Ahora quizá no sea por el hecho de ser mujer pero sí lo es por el hecho de ser una precaria en alquiler con un sueldo mensual del que dedico el 50% a una habitación (que ya no una casa) y huyendo constantemente de las subidas madrileñas del precio de la vivienda. Este libro rosa editado por Austral que me acompaña sobre la mesa en la que hoy escribo (y en la que en un mes ya no escribiré) cobra más fuerza que nunca: <b><u>es necesario tener una habitación propia. Lo de la casa lo dejamos para la próxima vida...</u></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Os dejo, hay un mosquito revoloteando en mi oreja que no sabe que le quedan solo tres semanas en esta habitación. Supongo que, el próximo inquilino, no le dará ninguna oportunidad de rondar orejas. Hasta otra, amigos, <b>os escribiré desde otra casa, desde otra silla y con otra orientación (excepto política,</b> que seguirá siendo la misma). </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Hasta otra!</div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-4404587955411476352019-01-21T12:02:00.001-08:002019-01-21T12:30:59.251-08:00No huimos de Castilla y León porque falte trabajo: huimos porque falta todo lo demás<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em; text-align: justify;">
</div>
<h3>
<span style="text-align: justify;">Dos de cada tres jóvenes castellano-leoneses piensan en abandonar su Comunidad en busca de un mejor futuro laboral. O un futuro, ya no mejor, laboral. </span><a href="https://www.elnortedecastilla.es/castillayleon/tres-jovenes-menores-20190121122651-nt.html" style="text-align: justify;" target="_blank">Esto es lo que muestra el último estudio de la Asociación Profesional de la Sociología de Castilla y León.</a><span style="text-align: justify;"> Y sí, es cierto, pero a veces se olvidan de otra parte no tan relacionada con el trabajo aunque muy afectada por el mismo: la parte personal. </span></h3>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://cdnb.20m.es/eneko/files/2014/02/14-02-07reloj.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="Resultado de imagen de eneko dibujo trabajo" border="0" src="https://cdnb.20m.es/eneko/files/2014/02/14-02-07reloj.jpg" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>Hasta los 18 años crecí en una ciudad castellana como la que más</b>: <b>frías temperaturas invernales </b>obligaban a que los juegos de la infancia se desarrollasen en casas de amigos que, aprovechando que alguno de los padres no trabajaba, preparaba meriendas a los amigos y las amigas de las criaturitas que comenzábamos a crecer (pero no lo suficiente para irnos solos a pasar la tarde en la calle). El verano era otra cosa, el calor comenzaba a asfixiar y, los pocos que no se habían ido a su pueblo, podían esparcirse por las calles de la ciudad en busca y captura del banco libre a la sombra que permitiese pasar una tarde completa haciendo nada y comiendo bolsas repletas de gominolas y pipas. <b>Es curiosa la estampa de la plaza más céntrica de mi ciudad en verano: niños y ancianos hacen lo mismo; comer pipas sentados.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto no podría durar mucho tiempo, ¿o se creían que sí? A los 14 años -por prematuro que parezca-, <b>las botellas de alcohol comenzaban a sustituir las bolsas de gominolas</b> y pipas y, antes de que se echen las manos a la cabeza los que no son de una pequeña provincia sin mucho que hacer, diré no, los padres no sabían nada porque ¿quién iba a imaginarse que su hijo, o su hija, al salir a la plaza del barrio iba a beber y no a seguir comiendo pipas? Sabíamos hacerlo sutil, bebíamos pronto para dejar de hacerlo a las 8 y así, a las 10, estar en casa como una rosa sin olor a alcohol ni la lengua negra. Esto no solo era así en verano ¡ay! los inviernos a temperaturas bajo cero también tenían una única actividad de fin de semana donde los jóvenes podíamos asistir felices: <b>el botellón junto al río helado del que podríamos sacar hielo fácilmente si no fuera porque no lo necesitábamos.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No me siento orgullosa de ello pero tampoco me arrepiento: a lo hecho pecho (y un estómago e hígado bastante destrozado). <b>Años después surgieron algunas alternativas que no se diferenciaban mucho de las actividades realizadas años atrás:</b> el botellón en la calle se sustituyó por pubs nocturnos y los bares comenzaron a ser lugar de encuentro más allá de los bancos callejeros del verano infantil. Así, y con suerte con algún partidillo de por medio en pistas de fútbol medio destrozadas, llegó el año de emigrar. <b>Madrid en mi caso, otras ciudades en otros. </b>Una de las cosas que más sorprendió a mis compis de universidad fue las pocas ganas que tenía de salir de fiesta, estaba harta, y las muchas de hacer todo lo demás. En Madrid conocí centros sociales -que, lejos de lo que creía, no es el lugar donde va gente con <i>problemas-; </i>también conocí bares literarios -donde se hacía de todo menos leer-, conciertos gratuitos, gente guay que conocía más sitios donde había conciertos gratuitos, el <i>post </i>de los conciertos gratuitos, bibliotecas en antiguas Iglesias donde cada tarde se hacía una actividad distinta, muchas rutas (la de la Tapa, el Vino, de Madrid al Cielo, las flaneadoras, de montaña, urbanas...), cursos de fotografía y <b>un Rastro que, más que un mercadillo de compra y venta de objetos y ropa, es una reunión cada domingo para tomarse una tosta con una cerveza</b> mientras varios músicos callejeros te acompañan y te apuntas a la actividad de la semana siguiente.</div>
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Algo que no me he perdonado, aunque tampoco me culpo de ello, es de conocer más la montaña de Madrid que la de mi ciudad: y eso que estoy hablando de Gredos. Aún no la he pisado tanto como he pisado Cercedilla y la Sierra Norte de Madrid. ¿Por qué? Un bus urbano cada 15 minutos conectan Plaza de Castilla con la Sierra madrileña; un bus gratuito (tarifa plana de 20€ al mes), por cierto, si eres menor de 26 años. ¿Puedo decir lo mismo de mi ciudad? Desgraciadamente no.</div>
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No es que quiera irme de mi ciudad para buscar unas condiciones laborales dignas, que en mi caso no creo encontrar fuera tampoco, <b>es que no quiero volver para que no me falte todo lo demás.</b> La vida no es solo trabajo y los jóvenes, antes o después, vemos que lo que nos rodea se queda corto, que no solo el alcohol es alegría y que, en algún momento, tendremos una afición que nos hará feliz y que nos permitirá descansar cuando las largas jornadas de trabajo nos hagan sentir agotados: quizá los jóvenes, hoy más que nunca, buscamos el lugar en el que encontraremos esa afición o esa felicidad para después encontrar un trabajo y no al revés y, quizá, solo quizá, por eso queremos irnos de nuestras ciudades: para no volver. Escribo esto desde la habitación que me vio crecer, el barrio que me enseñó a caminar y cerca del colegio que me enseñó a hablar y, aunque creo que conmigo ya no hay solución, espero que con los que vengan sí.</div>
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Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-21531280800008191042019-01-03T00:58:00.002-08:002019-01-03T01:10:06.708-08:00Toma mi hoz, dame tu VOX: una opinión personal sobre lo idiotas que somos<h4>
Pero, ¿qué nos está pasando? Llega este tal Santiago Abascal, creyéndose <i>Dios de todo y gitano de nada</i>, historiador sin una sola idea sobre la Historia y liberal acérrimo contra lo público que solo ha vivido de subvenciones estatales; a lo que iba, llega este tal Santiago Abascal a lomos de un caballo, con música épica de fondo, con aires de macho ibérico y una misoginia que parece mentira que se haya fecundado en un útero femenino; él, llega él, todopoderoso, ruín y rastrero y nosotros lo comprendemos. ¡Libertad de opinión señores! ¡Una mierda!</h4>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSkIFGOnqDuv2QytP3VpJApw6RZwEtqk9af1_EbvQ7r4cHcniWcZmCO-thnb8pjn3ragRWJ_reW3MVVOqCV2-I66HaR-xQ1EjcMooxSmwnAYfptGBQNZwd-m4ZavGB8DVb60DxeRJgz68/s1600/Captura.PNG" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img border="0" data-original-height="556" data-original-width="395" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSkIFGOnqDuv2QytP3VpJApw6RZwEtqk9af1_EbvQ7r4cHcniWcZmCO-thnb8pjn3ragRWJ_reW3MVVOqCV2-I66HaR-xQ1EjcMooxSmwnAYfptGBQNZwd-m4ZavGB8DVb60DxeRJgz68/s320/Captura.PNG" width="227" /></a>Suena el teléfono. Cinco de la mañana. Tengo que ir a trabajar. Al llegar a la emisora local en la que trabajo una convocatoria de VOX sobre la mesa: "hoy hablamos del trasvase Tajo-Segura desde Murcia". Yo trabajo en Guadalajara donde el Tajo está seco, lo han secado. Estos de VOX, nacionalistas preocupados por España, hablarán de cómo está el Tajo y lo harán desde el Segura (que tiene el agua que el Tajo ya no). Yo leo la convocatoria: "por una España rica y con igualdad de condiciones". <b>Y pienso: "qué peligro".</b> Realmente cualquiera que no haya pisado el Tajo y no haya visto las diferencias con trasvase y sin él podría creer esta igualdad de condiciones que exige VOX con el aumento de la cantidad trasvasada. Pero no es así. Y esto ocurre con todo: si no conoces algo te la cuelan (y además acaban convirtiéndote en firme defensor de la causa vendida).<br />
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Un socialismo avergonzado</h3>
No voy a hablar de las <i>fake news </i>promovidas por los partidos de derecha o por los medios afines a estos Partidos, no. Allá cada cual si quiere ser ignorante e idiota (lo siento, ya no me corto y no lo haré). Voy a hablar de mis amigos. De mis Voxmigos. Y de mis familiares. De mis Voxmiliares. En la mesa un cordero, o hummus, o paté, o tortilla, o un vaso de agua, qué más da. Alrededor la familia. Siempre hubo diferencias entre la derecha y la izquierda familiar, siempre las hubo y siempre hubo discusiones políticas (¡y lo que me gustan!). <b>Siempre hubo un pepero escondido</b> ("¿y Felipe González qué?"); <b>o un socialista arrepentido</b> ("los GAL no fueron tanto, había que acabar con ETA"); <b>o un nacionalista confundido</b> ("es que yo no me siento de aquí pero vamos, que para nada soy nacionalista"). Ahora, de repente, los escondidos han salido a la luz y han salido orgullosos: Los peperos lo reconocen: "Pedro Sánchez es un podemita yo prefiero al Partido Popular porque, robar, roban todos"; los <b>otros peperos</b> se han cambiado de color: "Ciudadanos me apoya porque apoya la equiparación salarial y tú no"; los independentistas se han aclarado: "nos están robando. Independencia ya". Y los socialistas, bueno, los socialistas... los socialistas comprendemos: "sí, si comprendo a VOX, la culpa de la irrupción de la extrema derecha es nuestra, VOX es producto de nuestro lenguaje, yo te entiendo amigo".<br />
<h3>
Yo te entiendo amigo VOX</h3>
De repente, en el momento de mayor orgullo político, de mayor significación parlamentaria, llegamos la izquierda y <b>no solo escuchamos sino que comprendemos, acariciamos, calmamos y sonreímos a la extrema derecha.</b> Ahí están los Voxmigos y Voxmiliares orgullosos de su futuro voto electoral: "papeleta verde esperanza", "yo votaré a VOX", "VOX con los españoles". Y ahí estamos nosotros, comprensivos y atentos: "es que es normal, están cansados, están hartos, tendrán que votar a alguien...". No sabía yo que el cansancio te llevase a odiar el matrimonio homosexual y votar en su contra.<br />
<br />
Nosotros no solo no estamos orgullosos sino que estamos orgullosos de no votar: "es que soy de izquierdas pero ningún partido me representa". Menuda vergüenza nos da... A ver si nos creemos que los partidos de derechas representan a la gente de derechas. Años, años, siglos, siglos... mucho tiempo, vamos, tanto como el que asegura Abascal que lleva España en el Mundo,<b> todo ese tiempo ha luchado la izquierda por conseguir el voto. </b>Han luchado las mujeres por poder votar. Han luchado homosexuales por ser visibles y ser considerados humanos. Y aquí estamos nosotros, orgullosos de no ir a votar y comprensivos con quienes quieren destrozar todo esto: <b>"jo, tío, lo entiendo, estás harto y votarás a VOX", "la culpa que seas facha es de la izquierda" o "realmente no son fascistas, son indignados". </b>Perdona, si votas fascismo eres fascista, indignada soy yo.<br />
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La trampa NO es la diversidad</h3>
Publicó Daniel Bernabé un libro sobre c<b>ómo los movimientos identitarios habían destrozado el sentir de la izquierda fragmentándola en subgrupos: feministas, LGTBI, nacionalistas...</b> Pues bien. Hablemos de la izquierda, del orgullo obrero y sindical, de las grandes huelgas proletarias. Ah, perdona, ¿solo tenemos la feminista del 8M? Ah... ¿qué me dices? ¿que la lucha murciana por el soterramiento del AVE ha sido algo regional? Ups... Entonces... ¿los movimientos identitarios han fragmentado a la izquierda o la izquierda se ha quedado sentada en el sofá esperando a ver cómo solo ciertos movimientos identitarios se movilizan? <b>Quizá te molesta un poco que no vayamos con la hoz y el martillo a la calle a reclamar derechos pero es que, resulta, que aún nos están matando.</b><br />
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La VOX en la radio</h3>
<div>
¿Por qué os he contado al principio que trabajo en una radio? En primer lugar porque me da la gana y, en segundo, porque me parece fundamental. Esta especie de buenismo izquierdista que sentimos todos y que nos vuelve seres comprensivos y generosos llega a los medios de comunicación. Salí hace unos meses a la calle con el micro de la SER y me llamaron roja, ¡roja! Pues sí señores, yo sí, pero este micro no.<b> Escribo en una mesa con una bandera de España. </b>Dentro de un armario se esconde una republicana (se esconde, de nuevo). Un árbol de Navidad nos recuerda las fechas (y no hay alusión a ningún Solsticio de invierno judeo-masónico). Es más, también comprendemos a Vox y lo analizamos con buenismo. Se critica, pero se entrevista. Se duda, pero se cuenta. Se le trata con respeto, sobre todo a los votantes y se les tiende la mano y el micro (demasiado a mi parecer).<br />
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiezvUw57QIc59SFJ1dYbeDtHJ1WPB2shNWeStLcWy86vKpkbylIx4Lt7qYQyYeLcEFe14TwLNznhITbCEyMFL65UI38MTLy8PfVLVxk6ez_R1sjXLcY-GnY4_XzAnGD3heUwWp0PXAbao/s1600/Captura2.PNG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="445" data-original-width="646" height="220" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiezvUw57QIc59SFJ1dYbeDtHJ1WPB2shNWeStLcWy86vKpkbylIx4Lt7qYQyYeLcEFe14TwLNznhITbCEyMFL65UI38MTLy8PfVLVxk6ez_R1sjXLcY-GnY4_XzAnGD3heUwWp0PXAbao/s320/Captura2.PNG" width="320" /></a><br />
<b>Pongamos La Cope</b>, pongamos a Herrera, orgulloso crítico, altavoz político, experto insultando al votante de izquierdas. ¡Ay! ¿Y Jiménez Losantos? ¿Os lo imagináis comprendiendo a la izquierda? ¿Atendiéndola? ¿Tendiéndole la mano? ¡Si hasta ha llamado podemita a Netflix! No hablemos de la prensa... la izquierda, abochornada. La derecha, orgullosa. Los lectores se sienten arropados y protegidos, su papeleta verde está respaldada; la papeleta de izquierdas no tanto...<br />
<br /></div>
<h3>
<br /></h3>
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Tanto monta, monta tanto, Abascal y Pablo.</h3>
Y entonces salta a los medios el artículo tan esperado: <i><b><u>VOX y Podemos, ¿en qué se parecen?</u></b></i><br />
<br />
Pues mirad, os voy a decir para mí en qué se parecen: soy mujer, mis amigos son homosexuales, mi ascendencia (como la de cualquier español) es árabe, si me quedase hoy embarazada abortaría y si tengo una hija la enseñaré que la cocina no es su lugar natural. No siendo de Podemos no me avergüenzo de decir que, a ellos, no les tengo miedo. Hasta ahora solo amenazan con convertir esto en un país socialista pero <b>mi integridad como mujer, hija y amiga no se ha visto tocada. </b>Y me duele tener que apelar al egoísmo para defender a la izquierda. ¡Lo nunca visto! Pero la solidaridad ya no funciona en un momento en el que el propio Iglesias dice no ser de izquierdas ni derechas, sino de arribas y abajos mientras que Abascal lo grita claro: la derecha orgullosa.<br />
<br />
<b>Yo soy de la izquierda orgullosa.</b> Espero que aún exista. Ya he dicho que a las 5 de la mañana sonó la alarma hoy ¿no? Pues a las 8 y media sonó la sintonía de la Ser: una nueva mujer asesinada y los miembros de La Manada en libertad. ¡Joder! ¡Qué rico! La mañana sigue...<br />
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<br />Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-78834979224865283362018-09-13T08:46:00.000-07:002018-09-13T08:46:05.061-07:00Pies para qué os quiero... si tengo un patinete<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
</div>
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<br />
<h4 style="text-align: justify;">
El otro día paseaba por la calle y FIUUUUUUUUUU me adelantaron por la derecha. <i>¡Mequetrefes! ¡Por la derecha no! </i>Después por la izquierda... FIUUUUU <i>¡Vaya! ¡Que no me da la gana! </i>Seguí caminando Atocha arriba y, de repente, los mismos dos hombres que me habían adelantado se habían bajado de sus patinetes para cogerlos, llevarlos a cuestas y pasar las obras de la calle. Los adelanté, orgullosa y, dos minutos después. FIUUU FIUUUUU. <i>¡Basta ya de patinetes! </i></h4>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2012/04/03/vinetas/1333474152_473043_1333474214_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Resultado de imagen de caminar el roto" border="0" height="400" src="https://ep01.epimg.net/elpais/imagenes/2012/04/03/vinetas/1333474152_473043_1333474214_noticia_normal.jpg" width="351" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen de El Roto</td></tr>
</tbody></table>
<h4 style="text-align: justify;">
<u>Oh, la domótica</u></h4>
<div style="text-align: justify;">
Hace no mucho discutía con un chavalillo amigo mío sobre la revolución de las casas con <b>tecnología domótica.</b> ¿Os acordáis de esa súper revolución? Buah, tíos, era un <i>pasote.</i> Por un momento en todas las películas estaba el típico galán buenorro que en su casa daba una palmada y se encendían las luces, dos y se apagaban, tres y se abrían las cortinas, cuatro y se cerraban... cinco y ya se marcaba un flamenquito ahí mismo que dejaba a la mujer flipada y alucinada y se quería casar con él.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<a href="https://www.gizlogic.com/wp-content/uploads/2017/10/Gizlogic-Google-Home-1.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Resultado de imagen de google home" border="0" height="240" src="https://www.gizlogic.com/wp-content/uploads/2017/10/Gizlogic-Google-Home-1.jpg" width="320" /></a>Esto bueno, no se ha llevado a cabo tal y como lo pinto aquí pero Google se ha acercado mucho a esta realidad con su <b>Google Home.</b> ¿Sabéis de lo que hablo? Es un pequeño aparatito blanco que te hace caso, a veces; juega contigo, a veces; te pone música, a veces; y te hace fardar un rato largo con tus amigos, siempre. El otro día en casa de otro amigo, ¡madre, la de amigos actualizados que tengo!, nos enseñó a su pequeño <i>minihome</i>. Nada más llegar a casa le ordenó "<i>Google, las luces". </i>Y se hizo la luz. <i>Google, la música.</i> Y se hizo la fiesta. Si nos movíamos al baño decía, mirando al techo, esperando la presencia de quién sabe qué, <i>Google, más alta la música. </i>Y la música se subió de volumen solo en el baño. Lo mejor de todo fue el momento en el que nuestro amigo se integró en el grupo y jugó con nosotros a un juego. La función del <i>Google Home </i>era hacernos las preguntas, decirnos si eran las correctas y reírse, en muchas ocasiones, de mí. Vale... a veces soy un desastre con estas cosas. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h4 style="text-align: justify;">
<u>Oh, los pedidos a domicilio</u></h4>
<div style="text-align: justify;">
Mucho se ha hablado últimamente de la <b>verdadera situación de los <i>Glovo </i>y <i>Deliveroo</i>. </b>Aunque todos la sabemos más que de sobra: a quienes le sobran quince euros de sueldo se los gasta en un pedido a domicilio para no tener que salir de casa y que ese beneficio, al que se le resta lo que se lleva la empresa, los cargos personales, los impuestos como autónomo y las mentiras empresariales, será el nuevo salario de los que cada tarde y noche se patean ciudades como Madrid a pedalada para llegar a un hogar al que servir la comida. Por cierto, añado, ayer me subí al Metro y vi a un <i>Glovo </i>subido en él. Una mujer criticó: <i>mira qué listo, este no se cansa. </i>Y yo pensaba: lista usted señora, que pide a domicilio y se cansa menos. ¡Ay, esa paja ajena que se ve más que la viga en ojo propio!<i> </i></div>
<div style="text-align: justify;">
<i><br /></i></div>
<h4 style="text-align: justify;">
<u>Oh, los patinetes</u></h4>
<div style="text-align: justify;">
Y <b>qué tendrá que ver todo esto con los patinetes, </b>os preguntaréis. Pues ya no me acuerdo. Pero ahora mismo sacamos una relación directa: nos hemos vuelto unos vagos del copón. No es que yo me haya enfundado en la manta de lo <i>veggie, natural y anti-contaminación. </i>No. Tampoco es que tenga una manía tremenda a quienes se apuntan al carro de la modernidad. ¡Allá que vamos todos! Evidentemente creo que los avances tecnológicos son necesarios pero, ¿es también necesario que nos volvamos unos vagos? ¿Es la vaguería un avance en sí? Cerrada estaba Gran Vía el otro día cuando tres o cuatro personas muy cabreadas se bajaron en Sol y decidieron, con determinación, coger un patinete eléctrico para llegar a Gran Vía. ¡Buena opción! Si no fuera porque la distancia entre Sol y Gran Vía es, únicamente, de una calle: la calle Montera. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h4 style="text-align: justify;">
<u>Oh, ¡Mundo Chic!</u></h4>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="http://pngimage.net/wp-content/uploads/2018/06/siluetas-de-personas-caminando-png-.png" imageanchor="1" style="clear: right; float: right; margin-bottom: 1em; margin-left: 1em;"><img alt="Resultado de imagen de caminar silueta" border="0" height="200" src="http://pngimage.net/wp-content/uploads/2018/06/siluetas-de-personas-caminando-png-.png" width="200" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
No creo que el mayor problema de los patinetes sea su regulación o la falta de ella; ni su convivencia vial con otras formas de transporte como la bicicleta o el automóvil. Creo que el problema está bajo todo esto, el problema es la realidad del Mundo hacia el que avanzamos. <b>Pronto seremos personas <i>chics</i> que, </b>despreocupadas por cuestiones vitales como la economía o la sostenibilidad, nos subimos en patinetes que nos transportan al trabajo donde, sin duda, no dudaremos en asumir las condiciones laborales impuestas. Qué más da, si por el camino no nos hemos cansado... Después saldremos del trabajo tras un largo horario no regulado en ningún convenio y aceptado "porque no hay otra" y llegaremos a casa a una hora en la que apenas habrá supermercados abiertos. Allí elegiremos: nos acercamos al 24 horas que nadie pone en duda porque nadie duda que también se debe trabajar de noche o pedimos a un muchacho que pedaleará con nuestra comida hasta nuestra casa. Ya dentro de ella daremos dos palmaditas para encender la televisión y una para apagarla desde el sofá, donde tampoco debemos efectuar ningún movimiento porque <b>desde el móvil podemos activar la lavadora y la secadora.</b> No nos moveremos nada pero, eso sí, nos apuntaremos a un gym (con suerte) o a unas sesiones de electroestimulación para adelgazar y mantener la línea y no dudaremos en probar el Crossfit porque... ¿para qué movernos un poquito cada día pudiendo destrozar nuestro cuerpo en 20 minutos semanales? </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No, no creo que los patinetes sean el problema, ni los móviles inteligentes, ni la domótica. El mayor problema es que nos estamos olvidando de nuestras piernas y, un día, ellas se van a olvidar de nosotros. Termino este monumental cabreo con dos frases de Marx que dibujan de manera real lo que somos y por qué lo somos. <i>¡Oh esta infame comunista!,</i> diréis. Pues decid lo que os venga en gana pero, si lo decís en patinete, no podré escucharlo porque me adelantaréis mientras tanto:</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; font-size: 17.28px;">“Igual que en la religión el hombre es dominado por el producto de su propia cabeza, en la producción capitalista lo es por el producto de su propia mano”.</span></span></blockquote>
<blockquote class="tr_bq">
<span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; font-size: 17.28px;"></span></span><span style="font-family: inherit;"><span style="background-color: white; font-size: 17.28px;">“La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”.</span> </span></blockquote>
<br />
<br />
¡Larga vida a quienes viven!Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-39603103530426046042018-02-12T07:02:00.000-08:002018-02-12T07:04:20.570-08:00Cuando me volví una puta paranoica<div style="text-align: justify;">
<b>Se ha montado un revuelo revolutum del bueno. Resulta que Bla Bla Car, ya saben ustedes, la plataforma para compartir coche en los recorridos de larga, corta o media distancia; sí, sí, esa plataforma, impulsó hace ya un tiempo un opción de viajes únicamente entre mujeres y, qué quieren que les diga, se ha armado una buena y me parece una auténtica locura. ¿Quién va a querer discriminar así a las personas? La misma Constitución ratifica alta y clara que no se puede discriminar a nadie por razones de raza, sexo o ideología ¿no? Veamos...</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br />He aquí mi historia personal, para no pecar de crítica de lo que no sé y no siento. Y por esta razón plantearé tres ejemplos, únicamente tres, para que el ejemplo sirva de teoría y no deba yo dar lecciones a nadie de moral. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxS0pDODOxpDKXeUW9uzMzZTe0XFEATVVoNkTkvI0b3MqRGBjZbKB_Ev-PGxTS90eycDzqEguZ-qA1EMnc9m0zNidwuIlr5hCn6nFa5DppJMC5cqiIAqU43uOeWOud2P9_k5khRP3YkAg/s1600/MUJER.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="980" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxS0pDODOxpDKXeUW9uzMzZTe0XFEATVVoNkTkvI0b3MqRGBjZbKB_Ev-PGxTS90eycDzqEguZ-qA1EMnc9m0zNidwuIlr5hCn6nFa5DppJMC5cqiIAqU43uOeWOud2P9_k5khRP3YkAg/s320/MUJER.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">viñeta de El Roto</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>Una voz follable</u></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Este verano me encontraba trabajando en una empresa de comunicación, en un programa específico de cuyo nombre no quiero acordarme. En una de las secciones veraniegas tuve que subirme a un coche compartido en Madrid (no se trataba de BlaBlaCar pero tampoco diré nombre). <b>Durante el trayecto -no muy largo- realizaba la entrevista al conductor: una entrevista en directo.</b> Al terminar la entrevista comenzó a reproducir los audios que sus compañeros le habían enviado por el grupo de la empresa de coches alquilados en la que trabajaban. Le habían escuchado porque, daba la casualidad, esta empresa siempre sintoniza la radio en la cadena para la que yo trabajaba. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-Vaya, Mariano [nombre inventado, perdónenme los Marianos, no recuerdo -o no quiero recordar- el nombre de susodicho] ¿cómo que te han entrevistado?</div>
<div style="text-align: justify;">
-<b>¿Quién es esa jovenzuela con la que vas?</b> pásanos una... [di por hecho que pedían foto, Mariano cortó nervioso el audio y se disculpó]</div>
<div style="text-align: justify;">
-Marianito, cabrón, que menudo braguetazo has pegado no, <b>tenía una voz</b> boni... [¿bonita? nunca se supo. Mariano se sintió incómodo].</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Mariano explicó después enrojecido que casi todos sus amigos eran hombres, trabajaban en la misma compañía y estaban <i>muy salidos,</i> que lo sentía. Nunca supe si Mariano, si en vez de ser quien me llevaba hubiera sido quien escuchaba a su compañero, hubiese dicho lo mismo o no. Aún así se disculpó abochornado. <b>Supongo que sería sincero.</b> Supongo que después no daría una palmada en el hombro a sus amigos "qué, ¡tíos!". Quiero suponerlo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<u><b>Un culo llamativo</b></u></div>
<div style="text-align: justify;">
<u><b><br /></b></u></div>
<div style="text-align: justify;">
La siguiente historia<b> está fuera de todo espacio y tiempo </b>-ya que puede pasar siempre y así ocurre por desgracia- <b>pero tiene un sexo muy concreto.</b> Igualmente lo situaré, para facilitar su comprensión. La línea 9 del Metro se cruza con la línea 6 en el transbordo a realizar en Sainz de Baranda. Allí me encontraba yo una noche de verano volviendo para casa cuando serían, probablemente, las 11 de la noche. En el vagón me subí yo sola. Es obvio, repito, OBVIO, que con esto no quiero generalizar. Me subo a diario en el Metro y no podría -aunque no me quedaría lejos- denunciar una historia así cada día. Los chicos que ya se encontraban dentro comenzaron a hablar de mí. Iba en chándal largo, no importa pero quiero contarlo. Me apoyaba en la bicicleta que viajaba conmigo y a la que iba mirando para no mirar a los chavales, algo empeñados y obcecados en mí, que se empeñaban en hacer ruidos y dominadas varias en las barras del vagón del Metro. Me situé en la puerta. <b>Aún no tenía que salir pero iba a cambiarme de vagón.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
-No te vayas, culito. </div>
<div style="text-align: justify;">
-Joder tronco, vamos con ella...</div>
<div style="text-align: justify;">
-Eh tú... no te vayas muy lejos... dinos como te llamas niña</div>
<div style="text-align: justify;">
-estás muy buena ¿no?</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
[En el cristal, cualquiera que haya viajado por el Metro en los túneles lo sabrá, su reflejo me indicaban que se reían cada vez que soltaban una frase, cada cual más impertinente y obscena. Uno de los chicos se acercó a mi lado. <b>"Qué bici tan bonita. No más qué tú".</b> "¿Ya basta no? Que dais un poquito de pena". Me hice la fuerte. <b>"Pero métela mano tío". </b>Estaba muy débil en realidad. Débil y sola. Por fin me bajé. No me monté en otro vagón, llamadme estúpida, esperé al siguiente tren. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un amigo, con quien había quedado, me envió después un mensaje:<b> ¿has llegado bien a casa? </b>Aún no. ¿Cómo estás tardando tanto? El Metro que tardó 10 minutos en llegar. Le mentí. Ahora, leyendo esto, sabrá la verdad. La misma que él temía cada vez que me dejaba ir sola].</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMJXOyXUiLhsECnEvlm4ykImLM7_21fJM22FKeJT60TePc89u_tPcTUkbwKdEesXbIPWguOkddHsxL6IyZB_LqnyNB2McW43ie5lzjhbNYY33eBfgiYSsLuNNIVre-q-2A9lyhQCwqqZM/s1600/e261f215aaec419a83b6b16efb3bee2d.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="700" data-original-width="980" height="228" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjMJXOyXUiLhsECnEvlm4ykImLM7_21fJM22FKeJT60TePc89u_tPcTUkbwKdEesXbIPWguOkddHsxL6IyZB_LqnyNB2McW43ie5lzjhbNYY33eBfgiYSsLuNNIVre-q-2A9lyhQCwqqZM/s320/e261f215aaec419a83b6b16efb3bee2d.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">viñeta de El Roto</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>Una cara insinuante </u></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esta experiencia sí está directamente relacionada con BlaBlaCar. Organizaba hace unos meses un viaje a Barcelona -que a nadie le interesa pero quiero ser clara- y busqué la opción más económica. El viaje no salió adelante pero la chica que allí me esperaba me recomendó BlaBlaCar cuando todo apuntaba que el viajé sí iba a salir. Me hice la cuenta, planteé el viaje e incluso<b> intercambié los datos con el que iba a ser el conductor del mismo.</b> Finalmente cancelé. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Dos meses después aún me envía mensajes por Facebook, donde me encontró por mi nombre, en los que <b>me propone dar la vuelta al Mundo y viajar en caravana para hacer locuras varias </b>mientras dejo la -según él- horrible ciudad de Madrid que me amarga. Huelga decir que jamás lo contesté, jamás lo acepté y sus mensajes me llegan a la ventana de cuentas de gente que no he aceptado como amiga. Sigue ahí, pico y pala, Madrid no me amarga, niñato.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
A día de hoy planeo de nuevo el mismo viaje. La misma amiga me ha repetido que use BlaBlaBlaCar, le he dicho que prefiero ir directa y segura con un transporte cerrado. Tampoco le he contado la verdad. ¿Parece absurdo no? Estoy ahorrando tiempo para poder viajar en bus, o dinero, en caso de elegir el AVE.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><u>¡Soy una puta loca paranoica!</u></b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es una locura. Viajo a diario con gente diez, con hombres diez, con hombres que no han generado -o han corregido- esa necesidad obscena a hacerme sentir un cacho de carne criado para follar como las vacas son criadas en los grandes círculos de la ganadería industrial solo para producir grandes toneladas de alimento humano. Me da pena, lástima y asco, sobre todo asco, que una red mundial como <b>BlaBlaCar tenga que generar el filtro "solo mujeres" como si estuviésemos en una escuela católica del siglo XX</b> y en el coche nos fueran a facilitar una revista de moda y unas agujas de punto de cruz para amenizar el viaje. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero más asco me da leer, en medio de todo este follón y este debate abierto, que estamos generando nosotras la diferencia, que estamos locas, que por qué no hay un filtro para inmigrantes -ay! diosito!- y que, por ejemplo, <b>estamos poco violadas.</b> [Respuesta extraída en Twitter de la polémica de BlaBlaCar al mencionar una mujer los casos de violación].</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNb2ac6ON62Xn1WtyzPK06YJAz8kTPTl-YyFCmxtRAWl-jYiMqiZItL4gs1aFeC-ulPeFg6HY7kCCoRDFNw3Whbhf0DJdOtNfsiitatpfbAyo7XjB9zxaimv-qe3I3LZ3DtB7C8oYSnCc/s1600/VIOLACION.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="645" data-original-width="720" height="286" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNb2ac6ON62Xn1WtyzPK06YJAz8kTPTl-YyFCmxtRAWl-jYiMqiZItL4gs1aFeC-ulPeFg6HY7kCCoRDFNw3Whbhf0DJdOtNfsiitatpfbAyo7XjB9zxaimv-qe3I3LZ3DtB7C8oYSnCc/s320/VIOLACION.jpg" width="320" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b>¡Que solo somos 1000 mujeres las violadas! ¡Vamos a callarnos que hasta el millón aún podemos aguantar!</b> Qué quieren que les diga, señores, el miedo existe y, por desgracia, la misma persona que dice que somos unas paranoicas por querer viajar solas, aconseja a su hija/nieta/mujer/hermana viajar en compañía de otras mujeres o, al menos, no a solas con un hombre. El miedo existe incluso para la persona que considera más irracional el miedo: yo.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Claro que es una exageración! ¡Con lo que a mí me gustan los hombres! ¡Con lo que costó conseguir una educación mixta! ¡A ver si ahora me van a fastidiar el partido de futbito con los chicos en el que POR FIN pude participar! Pero señores, el acoso es un hecho y jamás escribiría estas palabras desde el odio. Pasen buen día y <b>ojalá sigamos avanzando hacia un camino tan mixto como sano...</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: center;">
<b>¡como el sándwich!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-43425876423735018562017-10-24T09:40:00.000-07:002018-02-06T03:00:02.295-08:00No es Democracia todo lo que reluce<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La creación de un marco
constitucional democrático en España llega en el año 1978, tres años después
del <b>fin de la Dictadura </b>con la muerte Francisco Franco. Los cambios
democráticos se van asentando en la sociedad durante los años siguientes para
dar lugar a una sociedad plenamente democrática, al menos a nivel teórico, en
los años 80. Este cambio social no surgió de la nada; no fue solo la muerte del
dictador lo que propició el fin de la Dictadura -a pesar de ser un régimen
personalista basado en la figura de Francisco Franco- pues su muerte podría
haber desembocado en sistemas totalitarios o autoritarios similares y no en la
Democracia. Tuvo también una importancia radical <b>la cultura democrática que iba
creciendo y desarrollándose en las esferas más populares de la sociedad. </b>Una
cultura que llevó al Pueblo -apelando aquí al sentimiento de solidaridad entre
los miembros de una Nación- a luchar por la instauración de la Democracia. La
Transición hizo realidad el sueño democrático -con las luces y las sombras que
pueda tener y que no son objeto de estudio en el presente análisis- de todos
los que lucharon por vivir en una <b>sociedad más abierta, plural, representativa
y participativa.</b><o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwwjKzmauNWUl1ehQBpPpWKvH1T5YilgWpboU_AGrT0vqruaMrcYbpifYxB25_1vaHIF-UmCP1YRuVZSQWzxFQ3ON8DZ3vIN6LxpaeHEN-YR8wKd7esWHeNCWGo7-qmc_55l5jSOQUBoc/s1600/democraciapnud.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1042" data-original-width="1600" height="208" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwwjKzmauNWUl1ehQBpPpWKvH1T5YilgWpboU_AGrT0vqruaMrcYbpifYxB25_1vaHIF-UmCP1YRuVZSQWzxFQ3ON8DZ3vIN6LxpaeHEN-YR8wKd7esWHeNCWGo7-qmc_55l5jSOQUBoc/s320/democraciapnud.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Democracia / Pnud.org</td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Con la sociedad democrática ya
instaurada en España llega la siguiente generación de españoles; la que ya <b>no tiene
que luchar por la instauración de un régimen más justo.</b> Esta generación, en la
que estoy directamente incluida, no pone en duda -en términos generales- la
forma de Gobierno en la que se desarrolla generando, así, una actitud pasiva,
apática e indiferente con respecto a la Política y dando por sentado que,
habiendo nacido en democracia, todo lo que ocurra dentro de ella también lo es.
Esta situación se fomenta, además, con lo que yo creo que podríamos considerar
una silenciación de los temas políticos en la formación educativa general de
los más jóvenes: evitando analizar la democracia y sin profundizar en temas
políticos. Surge aquí la pregunta: ¿f<b>alta formación educativa política </b>que
acabe con la indiferencia, la apatía y fomente la defensa de una democracia
justa?</div>
<h3>
<span style="color: windowtext;">LA MODERNIDAD INACABADA</span></h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El salto hacia una Sociedad
Moderna o, siendo más correctos, la transición hacia esta sociedad, ha supuesto
el asentamiento de ciertas bases que implican un desarrollo social mucho más reflexivo. El filósofo Anthony Giddens habla de la <b>reflexividad</b> como una de las características máximas
de esta Sociedad Moderna. Si bien es cierto que el hombre comienza a
reflexionar sobre sí mismo y centra su objeto de estudio en el Ser Humano, y no
en otras figuras como podían ser los dioses, también está puesto en escena el
hecho de que esta reflexividad <b>no se produce al mismo nivel </b>en todos los
ámbitos del conocimiento ni en todos los estratos sociales de la población. Es
aquí donde el caso del conocimiento político y el estudio acerca de la democracia
-sus inicios, usos, variaciones y perversiones- toma verdadera importancia.
Como ya ha sido mencionado en líneas anteriores, un buen número de <b>jóvenes
nacidos ya en la Democracia</b> española no han recibido la enseñanza democrática
adecuada, siendo el actual sistema educativo una muy mala herramienta para
poder obtener conocimientos acerca de esta forma de organización social y
generando el pensamiento básico mencionado de que, ya por el simple hecho de
haber nacido en Democracia, todo lo que entre nosotros ocurra es democrático.</div>
<h3 style="text-align: justify;">
UN EJEMPLO PRÁCTICO: EL CASO DEL
INDEPENDENTISMO CATALÁN</h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Poniendo sobre la mesa uno de los
casos prácticos de mayor actualidad en la sociedad española, el caso del
independentismo catalán, podemos hacernos una idea de la necesaria educación
democrática y la falta de educación política. En líneas generales, y
simplificando al máximo -error absoluto- este tema de discusión, tenemos las
posturas enfrentadas de un Gobierno central, por una parte, que, basado en la
<b>Constitución,</b> quiere evitar un referéndum de<b> autodeterminación y,</b> por otro
lado, la postura de los sectores catalanistas que, amparándose en los abusos
que el Estado, dicen, comete contra ellos y escudándose en la historia de su<b>
identidad propia cultural,</b> inician un proceso de independencia fuera de la
legalidad. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
Pues bien, en estos días de
<b>fervor político, </b>las calles se han llenado de banderas de uno y de otro signo
mostrando un posicionamiento político claro y radical -que no racional- y el
analfabetismo político del que habló un día Bertolt Brecht ha salido a relucir.
Para nada quiero aquí tachar de ignorante a todo aquel manifestante que en
estos días se haya significado, pero sí hago referencia a una parte de la
sociedad que, tanto en una posición como en la otra, y sin más formación
política que la tradición y la costumbre, se ha encerrado en una postura de<b>
inmovilismo beligerante</b> sin ser capaz de tomar distancia para comprender la
situación, sin simplificarla.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
La <b>falta de educación democrática</b>
se ha visto muy claramente representada en <b>ambos sectores </b>de la población, en
el fervor nacionalista de carácter españolista y en el sector nacionalista de
la Cataluña independentista; unos por faltar al texto constitucional de
carácter eminentemente democrático que rige la sociedad española y, el otro,
por basarse precisa y únicamente en esa Constitución para defender la España
democrática. Aquí entra la apreciación que hacía al comienzo de la exposición
sobre el conformismo de la sociedad ante el hecho innegable de haber nacido en
una sociedad democrática que presupone, sin discusión posible, que todo lo que
se realiza dentro de esta democracia es democrático por extensión; sin dejar
lugar posible a la duda, o aún más allá, a la generación de otros estadios que,
siendo también democráticos, puedan poner en evidencia, discutir y crear
hipótesis que den soluciones efectivas a los problemas planteados.<br />
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigry8lYAhumEGtvUvg_A0R-v9bTdGKi6rGd8e8s-66az3hgRhN5cs0L1kQWHeqX70b8WkK5VvNWopcgYsLROZ0Y4BLCSvgKeVa8Lq-uNv-ksUoa8aYuTZUGbtdYkdGoogWgxH8iOxAn74/s1600/1441641883_373535_1441641942_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="848" data-original-width="980" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigry8lYAhumEGtvUvg_A0R-v9bTdGKi6rGd8e8s-66az3hgRhN5cs0L1kQWHeqX70b8WkK5VvNWopcgYsLROZ0Y4BLCSvgKeVa8Lq-uNv-ksUoa8aYuTZUGbtdYkdGoogWgxH8iOxAn74/s320/1441641883_373535_1441641942_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Viñeta de El Roto</td></tr>
</tbody></table>
</div>
<h3 style="text-align: justify;">
CONCLUSIÓN</h3>
<div class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
El desarrollo de una cultura
democrática no consiste en <b>defender una democracia ya instaurada</b> sino en
<b>reconocer las características de un sistema democrático</b> para poder aplicarlas, defenderlas
y modificarlas cuando sea necesario y así favorecer el avance pleno de la
sociedad. Para que esto sea posible es más que obligatoria la implantación de
una educación política dentro del sistema educativo en sus niveles de formación
más básicos para así poder conocer el nacimiento de este sistema, su
desarrollo, cualidades y, como ya fue mencionado con anterioridad, sus formas
de perversión, para así poder defender de forma consciente un sistema que, sin
duda alguna, nos permite a todos <b>crecer como sociedad.</b><o:p></o:p></div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-16193529460450022572017-09-22T02:57:00.003-07:002017-09-22T06:52:06.535-07:00Españoles, Maduro ha muerto. Cataluña lo ha matado.<h3 style="text-align: justify;">
<b>Si hay algo evidente en este mes de convulsión social en Cataluña es que estamos ante la muerte -al menos mediática- de Nicolás Maduro. Cataluña ha sido, finalmente, la solución a todos los problemas venezolanos que inundaban nuestras pantallas televisivas durante los últimos meses, abrían y cerraban informativos y creaban una indignación <i>súper o sea mega flipante</i> entre la sociedad española tan concienciada socialmente.</b></h3>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaEjnzABBYNPSGrDqTGZmniema5wUwPe3rVkq-BzFMvaORWP_Xe9bXDkWDPIN8eQWi1OT3rwc1LySVtH76cMsq4zEzrXvMWFJtdg2TlkUqi_YsB4UwZ1-BROCHT-VT3ySHlqYVEKl-bZE/s1600/1441641883_373535_1441641942_noticia_normal.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="848" data-original-width="980" height="276" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaEjnzABBYNPSGrDqTGZmniema5wUwPe3rVkq-BzFMvaORWP_Xe9bXDkWDPIN8eQWi1OT3rwc1LySVtH76cMsq4zEzrXvMWFJtdg2TlkUqi_YsB4UwZ1-BROCHT-VT3ySHlqYVEKl-bZE/s320/1441641883_373535_1441641942_noticia_normal.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Cataluña / El Roto</td></tr>
</tbody></table>
<div>
<b></b><br />
<b></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Poco o nada manoseo el mando de la televisión pero últimamente aparecía más la cara de Nicolás Maduro en los informativos nacionales que la de Juan Y Medio en el canal andaluz. La situación era insostenible: la de Venezuela y la de los informativos. En la sección de política nacional aparecía nuestro magnánime y queridísimo presidente de Gobierno, <b>Mariano Rajoy, hablando de Venezuela. </b>Posteriormente, en la sección internacional, teníamos al propio Maduro hablando en su país y en los deportes resultaba que el Estadio Nacional de Fútbol de Venezuela estaba en malas condiciones -pero la plantilla del Real Madrid ¡en buenas!-. Solo El Tiempo nos daba un respiro anticiclónico para permitir que nuestros oídos descansasen de tanto Maduro. Poco les faltó para que las borrascas fueran todas de origen venezolano... <b>¡menos mal que llego Cataluña!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Hace un mes, sin embargo, <b>Nicolás Maduro murió.</b> Murió tras parir a Puigdemont, a Junqueras, a Artur Mas y a Ada Coulau. Murió rápido. Fue indoloro. Nada agónico. De golpe y plumazo. Parece que Cataluña ha cobrado más fuerza que nunca en nuestro día a día y ha dejado atrás los dolores pasados de otros pueblos y otras instituciones que servían, entonces, <b>de tapadera a la corruptela española que lideraba nuestro panorama nacional.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b></b><br />
<b></b></div>
<h3 style="text-align: justify;">
<b>No soy independentista</b></h3>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué sabios son algunos y que tontos somos todos -a su vez-. Me mojaré, por si alguien se atreve a decirme que me muestro equidistante -postura de cobardes para muchos, muy legítima en mi opinión-. Me mojaré y diré que <b>no soy independentista pero pretendo no ser tampoco gilipollas.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<div style="text-align: justify;">
Nací en Ávila hace unos años ya. Una pequeña ciudad donde el sentimiento de independencia no tiene mucha coherencia económica, social ni cultural. Un pueblecito al que mucha gente no sabría ni situar, a pesar de ser capital de provincia -a experiencias me remito-. Me voy a mojar aún un poquito más. He crecido en la cultura del federalismo; de creer en ello como solución estatal, de considerar que el independentismo catalán ha nacido de la semilla de la burguesía catalana y que lo que hoy en día está ocurriendo parte del infantilismo. Parte, ojo, su raíz, pero creo que sus frutos son los más maduros que está generando este país.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Qué queréis que os diga. Que los nacionalismos tienen un germen burgués es un hecho. El independentismo catalán ha sido -tradicionalmente- económico. Podemos compararlo con el vasco que, al contrario, ha sido de tradición cultural. Ha nacido de las clases de dominación económica que, viendo que su región -y razón no les faltaba- era más fructífera y rentable, no querían tener que dar parte al Estado Español -mucho menos industrializado por aquellas épocas y terriblemente derrochador-. Y es así, el independentismo catalán nació en lo que yo creo que se puede considerar una infantileza de las clases dominantes de la región y que así se ha materializado en los políticos que allí gobiernan, para mí totalmente ineptos -e ilegítimos- en sus funciones. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<h3 style="text-align: justify;">
Tampoco soy gilipollas</h3>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¿Pero sabéis de lo que estoy más convencida aún? De que lo que antes era meramente una cuestión económica se está convirtiendo en social; de que lo que un día fue cosa de unos pocos <i>ricachones </i>egoístas ahora está tomando un rumbo colectivo donde las calles se están llenando de gente: gente que cree, gente que quiere, gente que lucha. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxjH8QAMNBDFMVyzoLzeYtOH3t4S0cXJwN9Wo59e45vFUWk3rMmWcv9atWVvXiLs-cvVNi4W0ozqsNRsfNXG_UHkIXedLuaSuCyvT_t6tVd3EhA_A5jCFcLVbCaENgEa53L87Bw_WhGbY/s1600/protestas-barcelona-independentismo-kHKE--984x468%2540RC.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="468" data-original-width="984" height="190" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgxjH8QAMNBDFMVyzoLzeYtOH3t4S0cXJwN9Wo59e45vFUWk3rMmWcv9atWVvXiLs-cvVNi4W0ozqsNRsfNXG_UHkIXedLuaSuCyvT_t6tVd3EhA_A5jCFcLVbCaENgEa53L87Bw_WhGbY/s400/protestas-barcelona-independentismo-kHKE--984x468%2540RC.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Protestas en Barcelona / El Correo</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
La imagen lo define a la perfección, si esta situación de colectivismo callejero se hubiese dado en las calles de Venezuela hubiesen saltado las alarmas informativas en nuestro país. Si ese coche de la Guardia Civil "tomado" por la gente hubiese sido "tomado" por la sociedad venezolana tendríamos ante nosotros el apoyo total de los altos cargos. Si este hombre de Intereconomía que ha deseado que la bomba nuclear de Kim Yong Un "caiga sobre Cataluña y así se solucionan todos los problemas" lo hubiese dicho en Estados Unidos, con pelo blanco y liderando la jefatura del Estado, hubiesen saltado todos los defensores de los derechos humanos <b>para meterle, mínimo, un calcetín sucio en la boca. </b><br />
<div style="color: black; font-family: "times new roman"; font-size: medium; font-style: normal; letter-spacing: normal; text-align: justify; text-indent: 0px; text-transform: none; white-space: normal; word-spacing: 0px;">
<div style="font-weight: normal; margin: 0px;">
<br /></div>
<div style="margin: 0px;">
Es un error negar lo evidente. La revolución está ocurriendo, a pie de calle eso sí, no de urnas ni de institución. Los periódicos sacan en portada la cara de los altos cargos institucionales que regentan la Comunidad y se olvidan de las manifestaciones multitudinarias que tienen lugar. Si esto no estuviese ocurriendo en España, si no fuese Cataluña, las portadas no serían de hombres con corbata. <b>Véanse las portadas que mencionaban las revueltas de Venezuela -de nuevo- o las de la Primavera Árabe -por cambiar de escenario-.</b></div>
</div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero el Gobierno español, <i>inteligente en su cargo y acción</i>, decide ordenar la detención de activistas catalanes, de cargos catalanes; de catalanes, en general. El mismo Gobierno que, días atrás, criticaba la existencia de presos políticos en Venezuela -en aquellos momentos en los que el país dominaba las pantallas televisivas, ahí sí-. Lo recordaréis: <b>"Leopoldo López debe ser liberado. Expresarse es un derecho democrático". </b>Este Gobierno español que decide no legalizar el referéndum porque no ha habido diálogo, pero que tampoco quiere dialogar porque no es legal el referéndum. Este Gobierno que cree en los vecinos; en el vecino del vecino que es el vecino pero... <b>¡pero Cataluña no es vecino! </b>¡Ni niña! No sabemos quién es la niña de las chuches de Rajoy pero sí sabemos que, Cataluña, no lo es.<br />
<br /></div>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; margin-left: 1em; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSt043dQ7KIQMCeSpdOSZ0Qp0Ws20dX04MlZORPL6p6EeHbx-Fgx5sNWpabkNas-1f_6JCGW7IKg0QJ25a5oDD0udJCm1rNQ8SlsJo-ys_LG6Q9y1Fhn8vhUFZjT1qihN-sna5p6Z63rQ/s1600/IMG_20170920_195807_171.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="900" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSt043dQ7KIQMCeSpdOSZ0Qp0Ws20dX04MlZORPL6p6EeHbx-Fgx5sNWpabkNas-1f_6JCGW7IKg0QJ25a5oDD0udJCm1rNQ8SlsJo-ys_LG6Q9y1Fhn8vhUFZjT1qihN-sna5p6Z63rQ/s320/IMG_20170920_195807_171.jpg" width="180" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">En la Puerta del Sol / Beatriz Caballero</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
De nuevo me mojo, señores, si me lo permiten y si hasta aquí me han soportado. El otro día salía de trabajar y decidí acercarme a Sol donde la gente se manifestaba a favor del referéndum. Aplausos. Aplausos los que hubo allí y los que yo les doy desde aquí. Aplausos por lo que escuché. Por lo que viví. Porque allí no había Junqueras paseando. Allí había gente. Mis pelos de punta. <b>Señera catalana. Bandera de Castilla. </b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Ya he dicho por aquí que soy de Ávila, que no soy independentista, pero sí soy, y a mucha honra, una castellana convencida y muy sentida con mi región. Y ver ambas banderas juntas me aceleró el pulso. No, no soy independentista, ¡cómo voy a querer que se vaya Cataluña si para mí es una hermana de región! Creo que no hay mayor patriotismo que el que defiende la riqueza cultural y las diferencias en cuanto a la lengua, costumbres y sentimientos -pero esto es otro tema y hay cerrados de mente que no saben abrirse a la variedad de la vida-.</div>
<h3 style="text-align: justify;">
<br />Habla, Pueblo, habla</h3>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
No pude quedarme mucho y continué mi paseo hasta casa -manías mías, perdónenme-. En el camino pasé por la puerta del Congreso. Frente a él, una exposición; una exposición sobre la Transición. En la puerta de la exposición una inscripción: habla, Pueblo, habla. ¿Os acordáis de esa maravillosa canción que se entonaba contra el franquismo? Qué ironía leer de nuevo esa frase en los días que corren y por eso, más que nunca, quiero repetirla de nuevo. Además, no la digo yo y no la dicen en Cataluña. La dicen en Madrid, en una exposición estatal, a las puertas del Congreso: <b>habla, Pueblo, habla.</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
<br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYLfskSbENXxdDvmBHhRPk2F2ElgU3pa5cZyZqHS7p_5gXaFZwc-Sepwb2nz78Mgf4o_EDFISO04nhF_3egmnvMzqRJmx8BIKrBYdFJsndUXW49WFDrPdllTgg2pkjaATHFMRm08qfXAg/s1600/Captura.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="843" data-original-width="727" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYLfskSbENXxdDvmBHhRPk2F2ElgU3pa5cZyZqHS7p_5gXaFZwc-Sepwb2nz78Mgf4o_EDFISO04nhF_3egmnvMzqRJmx8BIKrBYdFJsndUXW49WFDrPdllTgg2pkjaATHFMRm08qfXAg/s320/Captura.PNG" width="275" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Habla, Pueblo, habla / Beatriz Caballero</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<b><br /></b></div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-64267838523396557332017-03-07T13:19:00.001-08:002017-03-07T13:19:28.561-08:00Mamá, de mayor quiero que me regalen un aspirador ¡MULTICICLÓNICO!<b>No sé si ponerme seria, ponerme triste o ponerme a limpiar que parece que son mis quehaceres obligatorios y necesarios como mujer que soy. </b><div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<div style="text-align: justify;">
Me parió mi madre hace ya algunos años. Una mujer también. Mi padre también puso de su parte en mi creación, ¡vaya! Gracias a ambos-desde aquí os saludo-. Me vistieron de rosa, de azul, de blanco <b>y de amarillo</b>. Jamás tuve una película de princesas pero me sabía los documentales de los osos polares de memoria. ¡Y el Rey León! Me regalaron muñecas, muñecos, coches y pizarras. <b>Crecí quitándoles la cabeza a las muñecas</b> para poder contemplar con entusiasmo cómo esa pelota redonda que se introducía por el cuello les daba estabilidad. Quizá esta confesión me inhabilite para defender lo que aquí ahora defenderé con mis palabras: <b>la igualdad.</b></div>
<div>
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBvcvJq6jxfoZb2p9XmA4p6cyvlART5rhMnjtnR3hmLeq5uQrN_AaPJuVWKZ4oVqt35G7O8dSeVIb8RxTZAA2n-qXrZaDT9hjk7YrsVAH4cjFffhLaHy50JN8BPgp46vVh2IFji2PpQU/s1600/mafalda.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjpBvcvJq6jxfoZb2p9XmA4p6cyvlART5rhMnjtnR3hmLeq5uQrN_AaPJuVWKZ4oVqt35G7O8dSeVIb8RxTZAA2n-qXrZaDT9hjk7YrsVAH4cjFffhLaHy50JN8BPgp46vVh2IFji2PpQU/s320/mafalda.jpg" width="260" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Imagen de Mafalda</td></tr>
</tbody></table>
<div>
<br /><div style="text-align: justify;">
El otro día, a bastantes años ya de mis decapitaciones a las Barbies -también les rompía las ruedas a los coches, a ver si vais a creer lo que no es- decidí <b>¡oh, valiente! </b>abrir mi bandeja de entrada. Resulta que, por si no lo saben ustedes, tengo un correo electrónico, bueno uno no, tengo varios. <b>¡Valiente!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Groupon me avisaba de una fantástica noticia. <b>¡Se acercaba el día de la mujer!</b> Resulta que después de que mi madre me pariese una serie de acontecimientos me hicieron interiorizar mi condición de mujer: tenía que ir guapa desde ese momento en adelante por los siglos de los siglos <b>¡AMÉN!</b> (Y amen, sin tilde, sobre todo si son mujeres, amen por encima de vuestros cuerpos y mentes). Por esta razón yo me di por aludida en este mensaje.<b> ¿¡Van a regalarme algo!?</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmC9hV2lMYq24_u-fWBllKWQrK1WaYx078CKwWAGvnkAEdR-wMLP574hfn1eLUBaOQJBgUK1HyyXqz_V5lMmAt30iFR1TKUQQplOtpHBBhlJr1z_yF7xYc7omw2MbZupQBn1LHG_mcizM/s1600/1.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="113" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgmC9hV2lMYq24_u-fWBllKWQrK1WaYx078CKwWAGvnkAEdR-wMLP574hfn1eLUBaOQJBgUK1HyyXqz_V5lMmAt30iFR1TKUQQplOtpHBBhlJr1z_yF7xYc7omw2MbZupQBn1LHG_mcizM/s640/1.PNG" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">El maravilloso mensaje que me llamó la atención</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
Me encantaría hacer una pausa para explicar que esto ya olía a chamusquina, siempre que se intente regalar algo en el día de la mujer trabajadora va a oler a chamusquina, a podrido y a polvo <b>¡sobre todo a polvo! </b>Pero no quiero entretenerme porque doy por hecho que quien está leyendo esto comprende mi enfado ante el hecho de realizar regalos en este día sin saber tan siquiera lo que en él se conmemora. Y si no lo sabéis podéis ir cerrando esta pestaña y abriendo la Wikipedia, por ese orden por favor. Gracias.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Regalos, regalos, regalos, ¡joder mamá! <b>¡Ya sé para qué me pariste aquel día!</b> Si es que lo he sabido desde siempre. Hay días, supongo que nos pasa a todos pero a las mujeres más -ya sabéis eso de los estrógenos y blablabla- que no sabemos lo que queremos en nuestra vida. Yo llevaba una semana dudándolo pero ¡Groupon me ha abierto los ojos! Sí, mamá, Groupon <b>y no tú tus zumos de naranja a los que se les iba las vitaminas. </b></div>
<br />
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL27D4H5Fj5lPpdyyQk0M-AjJbSnyTqf-_vt-4zmwLzFE_emAv-lAWkpq4inu71AEVqVuSwnI2b1eeOSGEtKTHxGwf5l5bbCk8K5F__BH2k26xLYQa-zQZy0GO4_eeql09DI_sQjiZBrs/s1600/2.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjL27D4H5Fj5lPpdyyQk0M-AjJbSnyTqf-_vt-4zmwLzFE_emAv-lAWkpq4inu71AEVqVuSwnI2b1eeOSGEtKTHxGwf5l5bbCk8K5F__BH2k26xLYQa-zQZy0GO4_eeql09DI_sQjiZBrs/s1600/2.PNG" /></a></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3KrCQLIDueCVTP6CjFfSIv5lwe-8jdzGm-44f53gza_hgyt06Qdw8t095E8iKc54cim077To5t8DJJm9dC9Lhcu4pkAaMmA6UOqee2-UtlvCwvWJdpJYnFEo5X0OXOcbPJt0L0IBl9dI/s1600/3.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3KrCQLIDueCVTP6CjFfSIv5lwe-8jdzGm-44f53gza_hgyt06Qdw8t095E8iKc54cim077To5t8DJJm9dC9Lhcu4pkAaMmA6UOqee2-UtlvCwvWJdpJYnFEo5X0OXOcbPJt0L0IBl9dI/s320/3.PNG" width="156" /></a></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Un centro de fregado, un corset modelador, <b>una aspiradora muticiclónica</b>. ¡MULTICICLÓNICA! ¿No os suena a los juguetes de los niños? Y digo bien, sí: NIÑOS. Cilónico. <b>¡SÚPER BESTIA!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Después de un ratito irónico riéndome en exceso me comencé a enfadar -vaya mujer, ¿te vino la regla?-. Corriendo <strike>a por una compresa</strike> a denunciar ante el Gobierno tan tremenda falta de respeto me metí en la página de nuestro maravilloso <b>Partido Popular</b>, que anda festejando el Día Internacional de la Mujer con un programa repleto de actos a favor de la igualdad entre sexos.</div>
<div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwgJATGkWHVfW4ai5smDQKflicHzfI5EItYLY2oqGlj00EOE_JKYo26VZ7e83dun6MolYfuYXuXRVVRwqc6JYKeTB9MBI8TYKDEt5uqTws9zsjy872vQma1JTnKw1dgP_CE_lLlPKdBl4/s1600/4.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="222" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwgJATGkWHVfW4ai5smDQKflicHzfI5EItYLY2oqGlj00EOE_JKYo26VZ7e83dun6MolYfuYXuXRVVRwqc6JYKeTB9MBI8TYKDEt5uqTws9zsjy872vQma1JTnKw1dgP_CE_lLlPKdBl4/s320/4.PNG" width="320" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
Menos mal que aún me queda un lugar al que recurrir, mi ciudad natal, Ávila. Me avisa una compañera de un acto maravilloso organizado por la <b>Confae </b>(Confederación abulense de empresarios) para este día que tanto parece tener que celebrar. ¡VAMOS A VER QUE NOS REGALA! <b>¿IGUALDAD?</b> ¿SALARIO JUSTO? QUÉ ILUSIÓOOOOON</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsKuKrxNdiatkfXJDRV54KAgKo2Z6aXE9v_yqb_azOF37fKIlNeBGHr3P7vINRvcPtzXidmGBrjWJWfjwd-0K1YLMpeN9ZjeMOic9lHs3Lz_PvRVdRzXGBr7kUeUX8114G3jJmhMKK-SA/s1600/5.PNG" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="137" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsKuKrxNdiatkfXJDRV54KAgKo2Z6aXE9v_yqb_azOF37fKIlNeBGHr3P7vINRvcPtzXidmGBrjWJWfjwd-0K1YLMpeN9ZjeMOic9lHs3Lz_PvRVdRzXGBr7kUeUX8114G3jJmhMKK-SA/s400/5.PNG" width="400" /></a></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<br /></div>
<div>
<br /></div>
<div>
¡Mamá, mamá! ¡Una cata de vinos! <b>¡Menos mal que me pariste mujer!</b></div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Quizá, quiero creer, la gente esté a favor de la igualdad, quizá la gente no dé las mayores cifras de audiencias a programas que fomenten la discriminación, quizá se vete al colectivo estúpido de aparecer en la caja tonta, pero cuál es mi sorpresa cuando...</div>
<div>
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVROxq75Tf1Tv5iUUrC9aFRS74vUNNHwHUWg5vqorBADd34Sna99ssaipRNqowS8DE4KQfaL4OW0tpblKNDpNgEoLhFrQ5HMR8MeOXn6Lmh7MdkXVuoxn26by7Ebw8ObjBZHVNJByeDRg/s1600/kiko_rivera_junto_a_pablo_motos_.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="425" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVROxq75Tf1Tv5iUUrC9aFRS74vUNNHwHUWg5vqorBADd34Sna99ssaipRNqowS8DE4KQfaL4OW0tpblKNDpNgEoLhFrQ5HMR8MeOXn6Lmh7MdkXVuoxn26by7Ebw8ObjBZHVNJByeDRg/s640/kiko_rivera_junto_a_pablo_motos_.jpg" width="640" /></a></div>
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<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFndHqghK2zGrRJWcAZ1_VKJfoqlKRdWAVHm6-Ek42zo-ylHuKZzAjkFtEiH9ycfhqk90iN6sleW-zCj5W_x_547Vr-2hbLKh-h2HdyCouKHCV77JDdU-9Ho9V2fbC1LfVZcf4Mm5OT60/s1600/poveda-bertin.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFndHqghK2zGrRJWcAZ1_VKJfoqlKRdWAVHm6-Ek42zo-ylHuKZzAjkFtEiH9ycfhqk90iN6sleW-zCj5W_x_547Vr-2hbLKh-h2HdyCouKHCV77JDdU-9Ho9V2fbC1LfVZcf4Mm5OT60/s640/poveda-bertin.jpg" width="640" /></a></div>
<div>
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La buena madre que es la novia de Kiko Rivera, según nos asegura, y el delantal que Osborne le da a Miguel Poveda para su novia -que por cierto es un reconocido homosexual ¡pa' mear y no echar gota!- me demuestran una cosa. Una única verdad: EL MACHISMO ES UNA INVENCIÓN.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Esto, señores, es vida. <b>¿Dónde ven el machismo?</b> ¿Dónde lo ven en cada vuelta a casa con miedo de una mujer que camina sola? ¡Ah, claro, en su falda! ¿Dónde lo ven en cada mujer asesinada a sangre fría a manos de sus parejas ex parejas? ¡Ah, claro, en sus denuncias falsas! ¿Dónde lo ven en cada "con eso no salgas que se te ve todo"? Tienes que ser más señorita. Lloras como una niña. La señora de la limpieza. La ama de casa. Me la tiro y que se pire. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Es que, de verdad, somos unas exageradas. Nos dejan entrar gratis en las discotecas y nos quejamos. Nos regalan un delantal y también nos quejamos. Un aspirador ¡¡¡¡MULTICICLÓNICO!!!! y aún tenemos los ovarios de quejarnos. <b>Menos mal que cuando nos matan nos dejamos de quejar.</b></div>
<div>
<br /></div>
</div>
</div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-9278685152550152802016-12-15T02:18:00.000-08:002016-12-15T02:18:27.982-08:00¡Eh, que por lo menos cobras!<div style="text-align: justify;">
Escribo desde la oficina, con un montón de folios acumulados a mi lado izquierdo con una inscripción <b>"por hacer"</b> y otro montón a mi lado derecho con otra <b>"hecho"</b>. No es que me apetezca quejarme pero mi cabeza está a punto de reventar y de largarse de vacaciones, la fiebre está comenzándome a subir pero aquí sigo yo y, lo mejor, no puedo quejarme porque <b>¡por lo menos cobro!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Tengo un contrato de aprendizaje en prácticas en el que se da por hecho que tengo ya todos los conocimientos suficientes para realizar las tareas de mis jefes. Por ello me ordenan que las realice, dando por hecho que la parte del contrato <b>"de aprendizaje"</b> puede pasarse por alto, pero no así la parte de <b>"en prácticas"</b> no vaya a ser que por hacer el trabajo de mis jefes me dé por rebelarme y querer cobrar lo mismo que ellos pero ¡cuidado!, <b>¡por lo menos cobro!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Veo a final de mes cómo los ingresos en mi cuenta bancaria se disputan la carrera por llegar a línea de meta con el pago de mi alquiler. Rezo a las Supernenas para que llegue primero el ingreso que el pago y tan pronto como veo que entra el dinero veo también que sale, dejándome un maravilloso margen de cincuenta euros para poder <b>sucumbir a mis placeres más ornamentales</b> como, por ejemplo, comprarme dos filetes de ternera, una pechuga de pollo (¡si hay suerte pillaré oferta y compraré el pollo entero!), un lomo de atún y un par de huevos (que es lo que hay que echarle al final de cada mes para que salga bien la jugada) pero, conste aquí que no me quejo, <b>¡por lo menos cobro!</b></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
La culpa es nuestra, señores. Lo es. Día sí y día también tengo que aguantar a quien me dice "no te quejes, que por lo menos cobras". Entonces entrecierro los ojos, ladeo la boca, levanto las cejas (no lo hagan, queda absurdo) y pregunto "ah, ¿que tú no cobras?". "No" responde ensanchándose como un pavo real al que se le va a hacer una foto<b> "yo con la experiencia tengo, ya llegará el momento de cobrar"</b>. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
¡Já, me río!</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Con la experiencia ya les digo yo que no se paga el alquiler, ni la Universidad, ni esos lomos de atún, ni los filetes de ternera, ¡ni si quiera los de pollo! Y que les voy a decir de ese par de huevos para llegar a fin de mes que quedan tachados por completo de la lista de la compra. </div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifykpSfE8Mck-LVuSnpKnq2oRLdtYcOvVZ6zRG-5JY0U_RRF4hhuj57i0Dr8Co8s9IGyOtOBEtyGa0FAbpB_35xx2RpvR8y-fxXFg6aqOe766AUHDEJgJ2uv1kgx0hyphenhyphen7tDr8Mqb0161zI/s1600/contratos_temporales_1412475.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="227" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEifykpSfE8Mck-LVuSnpKnq2oRLdtYcOvVZ6zRG-5JY0U_RRF4hhuj57i0Dr8Co8s9IGyOtOBEtyGa0FAbpB_35xx2RpvR8y-fxXFg6aqOe766AUHDEJgJ2uv1kgx0hyphenhyphen7tDr8Mqb0161zI/s320/contratos_temporales_1412475.jpg" width="320" /></a></div>
<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
El día que quieras dejar de vivir de la experiencia llegará otro <i>papanatas</i>, porque no hay otro adjetivo posible para describirlo, que acepte un contrato precario en el que no cobre que, encima, dé las gracias por la experiencia y aplauda porque le dan de alta en la Seguridad Social (¡aplaudan todos!). Y tú, que un día fuiste así, verás cómo ahora que quieres pagarte un filete de ternera digno (<b>¡vivan los filetes de ternera dignos!</b>) y reclamas tu derecho a recibir remuneración, serás fulminantemente sustituido por el agradecido y barato joven que un día tenía tu misma cara, mismo nombre y, sobre todo, mismo espíritu.</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
Pero cuando vuelvas a verme por la calle dímelo de nuevo, dime que no me queje, dime:</div>
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<b><br /></b></div>
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<b>¡Eh, por lo menos cobras! </b></div>
Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5492868156073767711.post-32264991409556445202016-11-24T00:59:00.002-08:002016-11-24T00:59:39.994-08:00Y qué me dicen del presente de "la generación sin futuro"<div style="text-align: justify;">
Nos han hecho creer de forma amarga que nuestro mayor problema es que somos la generación sin futuro, que <b>somos los primeros que vamos a ir a peor con el paso de los años</b>. </div>
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Es bien sencillo. <b>Estudia, estudia y estudia aún un poco más si es posible</b> para lograr escalar puestos en tu formación académica pero ten claro que cuando dejes de escalar te vas a encontrar en la cima de tu formación, con un abismo a un lado y con todo el camino escalado por el otro. Cuando llegues a esa situación tú decides; o te lanzas al abismo o te quedas sentado y <b>no haces</b>, siendo políticamente correctos, <b>ni el huevo</b>. Pero vamos, ni el huevo, ni las patatas. Porque dime tú, joven estudiante que has llegado a la cima de tu formación, cómo vas a comprar un par de huevos y una patatita de estas viejas ricas si no tienes curro a la vista. </div>
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Es un panorama desolador. Nos pintan un futuro negro. Unos años por venir duros. Fríos. Un tiempo de incertidumbre. ¡Los ovarios! <b>¡¿Y el presente qué?!</b> Nos están dibujando un horizonte tan pésimo que nos creemos que es lo peor que nos va a tocar y no somos conscientes de que estamos subiendo ahora, hoy en día, esa cuesta que nos llevará a la cima. Y la estamos subiendo con más peso a la espalda del que nos creemos tener. </div>
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Nos han colgado <b>una mochila repleta de responsabilidades</b>. Empezando por la de dejar de ser la generación <i>nini </i>para para a ser la generación <i>sísí</i>. Una mochila con estudios, trabajos, deportes, actividades, cuidado de padres, de hermanos, de amigos, de hijos, de familiares en general, de perros, de gatos, de más estudios porque si no haces dos no tienes nada, de más trabajo porque si no tienes dos no llegas a fin de mes, de otro trabajo más porque resulta que en los dos anteriores no cobras. Una mochila con <b>desmotivación</b>, sin inquietudes, con obligaciones, con desgana y con pesimismo.</div>
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Hoy estamos escalando la montaña con una mochila repleta de <b>"se busca gente joven con experiencia"</b>. Pero ahí estamos, escalando la montaña sin experiencia para ver si alguien nos la da aunque sea por cuatro perras y podemos así tener esa experiencia que nos haga ir a por ese deseado puesto de trabajo remunerado y que nos digan "usted ya no es joven y pedimos gente joven con experiencia". ¡Nos ha jodido! Y perdónenme la expresión pero una ya se cabrea. ¿Cómo no me voy a haber hecho mayor si llevo media vida buscando la experiencia?</div>
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<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLiG1mAxRt35_dyD0e-0Lkm-XZOnRj43fiHnQ3tYhEic-jeHpVIKWd1snt3Gt6RM18aqIVD7VcKjpHiqhVoaAoEstQ4NGIDvNtLGXCUQIehtpRb2afNG5oEFXm1-sOorU7YoupNoMEbaU/s1600/forges_contrato_gif.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="224" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLiG1mAxRt35_dyD0e-0Lkm-XZOnRj43fiHnQ3tYhEic-jeHpVIKWd1snt3Gt6RM18aqIVD7VcKjpHiqhVoaAoEstQ4NGIDvNtLGXCUQIehtpRb2afNG5oEFXm1-sOorU7YoupNoMEbaU/s320/forges_contrato_gif.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Viñeta de Forges</td></tr>
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Nos han hecho creer de forma amarga que nuestro mayor problema es que somos la generación sin futuro, que somos los primeros que vamos a ir a peor con el paso de los años y no nos hemos parado a pensar que quizá lo más duro es que somos la generación sin presente y que <b>estamos pasando lo peor de nuestros años. </b></div>
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Pero aquí estamos nosotros, los del futuro desolador con un presente pésimo del que no somos conscientes porque nos pintan aún peor esa cima a la que nos tocará llegar. Pues no señores, no. Me niego. <b>Yo llegaré a esa cima</b> y no tendré ni que sentarme, ni que tirarme al vacío. Tendré un helicóptero que me recoja para amenizarme el camino y un <i>jet </i>privado que escuche mis lamentos y mis súplicas. Quizá no, no lo tenga. Quizá eso lo tengan unos pocos. Pero me sigo negando. Tendré <b>un pájaro</b> al que agarrarme para echar a volar y huir lejos. Quizá tampoco. Pero no importa. Porque mientras estoy ascendiendo a esa cima sé que tengo algo que me ameniza mi camino y es el pensar que <b>el futuro no será tan negro como nos lo pintan</b> o al menos no tanto como lo es el presente. Al menos que nos dejen hacer el huevo -y las patatas-. Y soñar. </div>
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<b>Que nos dejen soñar.</b></div>
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Beatriz Caballerohttp://www.blogger.com/profile/14692498884612238831noreply@blogger.com0